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((**Es17.257**) El festejado respondió a los que le habían brindado evocando un episodio, que hemos de recoger para nuestra historia. -Hace veinte años, dijo, don Bosco acompañado por unos veinte jóvenes, después de una pesada marcha por la Liguria, llegaba al pueblo de Gavi. Allí se encontraron él y los suyos con un magnífico ((**It17.295**)) banquete, preparado por un piadoso canónigo de Génova, que solía pasar en Gavi alguna temporada. Al atardecer, despidióse don Bosco y se alejó del pueblo con su comitiva. El piadoso canónigo deseaba verlo un poco más y acompañarle un trecho; pero don Bosco ya se había adelantado tanto por los valles que conducen a Orba, que aquél, acompañado por don Juan Cagliero, en vano intentó alcanzarlo. Entonces el piadoso canónigo exclamó que con mucho gusto vería una vez más al providencial don Bosco, porque sólo las montañas no se encuentran en este mundo. Pues bien, aquel piadoso canónigo es el cardenal Alimonda de hoy, que después de veinte años encuentra otra vez a su lado al sacerdote don Bosco 1. Desde el año 1841 solía don Bosco dar una conferencia a sus hijos en el día de la Inmaculada, reuniendo en un primer momento a los muchachos, después a los catequistas, más tarde a los clérigos y, por último, a los Salesianos, a medida que el desarrollo de su institución iba dando a unos preponderancia sobre los otros. El año 1884 las fiestas del Obispo habían absorbido los pensamientos del Oratorio antes, durante y después del día ocho de diciembre; pero él, que no quería renunciar a la buena costumbre, convocó la reunión para el día trece. Aquella tarde, a eso de las seis, reunidos todos los hermanos en el locutorio junto a la portería, el Siervo de Dios, después de recordar con alegría el gran acontecimiento de la semana anterior, dejóse llevar en alas de los recuerdos hasta los remotos orígenes del Oratorio, para venir a parar a los tiempos recientes. Al principio, con su mamá Margarita, él lo era todo: cocinero, maestro, jefe, asistente. Una misma sala servía para escuela, taller, refectorio, dormitorio. Después llegaron los primeros ayudantes; don Miguel Rúa, don Juan Cagliero, don Juan Bautista Francesia, don Celestino Durando, don José Laz zero. Sacrificios y trabajo continuo en todas las dependencias de la casa y en oratorios festivos, y ((**It17.296**)) estudiar teología para sí mismos y seguir la carrera de letras en la Universidad para enseñar a los demás. 1 Fue éste el último paseo otoñal y el más largo de los que dio don Bosco con sus muchachos. Pertenece al año 1864. Lemoyne lo describe en tres capítulos (LXXIII, LXXIV y LXXV) del volumen VII, haciendo mención también de este episodio. Pero no dice palabra de otro pequeño episodio sucedido en Cremolino; véase Ap. Doc. núm. 37. (**Es17.257**))
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