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((**Es17.190**) era mi vivo deseo. Pero procuro hacer desde aquí lo que puedo. Desde el día primero de agosto he tenido cada mañana un recuerdo especial en la santa misa por las ejercitantes, enviándoles al final la bendición de María Auxiliadora. Seguiré haciéndolo hasta el día de la Asunción de María al Cielo. Tenemos en estos días la gran dicha de encontrarnos en la preciosa novena de la Asunción y yo querría hablar con cada una de ellas y darles un consejo, que les asegurase el camino del Paraíso. Me parece realmente que, en estos momentos, María Santísima está propicia y dice así: -Hijas mías, no tardéis en acabar de una vez para siempre con el mundo. Es un enemigo que no paga o paga mal y traiciona. Consagraos generosamente a mi hijo Jesús por completo, consagradle vuestros haberes, vuestra salud, vuestro corazón; que ahora y siempre sean de Jesús a costa de cualquier sacrificio, por grave que sea. Queridísimas Hijas de María, dignaos rezar por mí y comulgad una vez según mi intención, que yo seguiré rezando por vosotras. Hasta vernos un día en el Cielo con Jesús y con María. Así sea. Don Juan Bautista Lemoyne fue enviado por el Obispo a Fenestrelle para suplirle en una conferencia a los sacerdotes, pero volverá esta tarde o mañana por la mañana. Monseñor Espinosa ha enviado una graciosa crónica de la excursión hecha con los salesianos a Patagonia. Viglietti la está traduciendo y ya la verás antes de que se imprima. Monseñor Chiesa me presta toda clase de atenciones. Hoy, aniversario de su episcopado, hemos hablado mucho de ti a la sombra del pino y hemos brindado a tu salud. >>Qué hace don Angel Savio? >>Cómo está? Salúdale cariñosamente de mi parte. >>Por qué no me das noticias de Gaia y de Vigna? 1. Dios nos bendiga a todos y María nos ayude a marchar por el camino del Cielo. Pinerolo, 6 de agosto de 1884 Afmo. amigo, JUAN BOSCO, Pbro. P.D. Saluda en el Señor a nuestras hermanas. ((**It17.215**)) En la función de clausura de aquella tanda de ejercicios para las hermanas, se encontraba, entre las que iban a tomar el hábito, Eulalia Bosco, sobrina del Santo, a quien le regaló este precioso escrito. Mi buena Eulalia: Bendije al Señor cuando tomaste la resolución de hacerte religiosa y ahora le doy gracias de todo corazón por haberte mantenido en tu buena voluntad de romper definitivamente con el mundo y consagrarte totalmente al buen Jesús. Haz con gusto este ofrecimiento y piensa en la recompensa del céntuplo en la vida presente y en el verdadero premio, el gran premio de la vida futura. 1 Dos coadjutores, dedicados a la cocina y a los quehaceres domésticos en la casa sucursal de Nizza Monferrato. (**Es17.190**))
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