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((**Es17.169**) más mínimo trabajo; estése en hora buena de brazos cruzados, pero vaya y pregunte continuamente: >>Has hecho esto? >>No lo has hecho? Encargue a uno que lea las cartas, las apostille y reparta a los diversos despachos. No le quedarán más que tres o cuatro, cuyas apostillas ver, y entregarlas al secretario para que las conteste. DON JOSE LAZZERO, preguntado por don Bosco, responde que eso no es todo, aunque es un inconveniente bastante grave. DON JUAN BONETTI pide a don José Lazzero que, puesto que él se halla, como director que es, en contacto inmediato con la realidad, especifique francamente las dificultades que encuentra. DON JOSE LAZZERO responde que falta esta unidad, debido a que los interesados acuden a diversos miembros del Capítulo Superior en busca de dirección y se guían por sus consejos, a veces contrarios a los del Director. DON BOSCO.- Si el Director interviniese, vería lo que hay que hacer y, al poco tiempo, sería el dueño de todo y de todos. Haya uno solo, el Director de la casa, para hacer contratos; dependa de uno solo la aceptación de los que han de pertenecer a la casa y de él solo las expulsiones; determine uno solo las obras que deben hacerse en el Oratorio, y éste sea el Director. Haga sólo él las invitaciones para comer, o, por lo menos, notifíquensele antes las invitaciones que se han hecho, para que no se encuentre en la mesa con personas desconocidas o inesperadas. El Capítulo Superior no tiene más ingerencia en el Oratorio que la que debe tener con las demás casas en particular. El Director del Oratorio es el que debe tener aquí toda la libertad de acción, que tienen los demás Directores en sus casas. A él corresponde determinar las obras que deben hacerse y solamente compete al Capítulo Superior aprobar o rechazar el proyecto, pero ((**It17.190**)) contando siempre con el parecer del Director. El Capítulo no es el dueño en el Oratorio; quien manda en él es el Director local. Repito que he leído atentamente en estos días el reglamento de las casas y no encuentro nada que modificar. Haya, pues, unidad de mando. El personal destinado a esta casa está al servicio del Director y no de otros. Cuando llegan forasteros desconocidos, entreténgaselos en la portería y se avise al Director; pero no se introduzcan directamente en el comedor, como hace ahora el portero, sin conocer quiénes son tales huéspedes. De ellos procede gran molestia en la casa. Después pasa don Bosco a preguntar qué disposiciones pueden tomarse para el próximo año, con respecto al cuarto y quinto curso del bachillerato, para asegurar la moralidad. -He determinado, añadió, que se advierta a los muchachos que, el próximo año, no serán admitidos para los cursos superiores más que aquellos que quieren abrazar el estado eclesiástico y que el Oratorio no asegura a los alumnos los exámenes de grado de bachillerato. DON CELESTINO DURANDO afirma que esta medida alejará de nosotros a muchachos de talento y sólo quedarán los mediocres. Que solamente el estudio y la ayuda para un buen resultado en ellos alientan a los jóvenes a ser buenos. DON BOSCO.- No quiero que se me contraríe, sino que se me ayude a llevar a cabo mi plan, que considero el mejor para alcanzar mi fin. DON CELESTINO DURANDO retira sus observaciones. DON BOSCO propone otra reunión para el lunes y concluye: -Ayuden todos al que ejerce el mando. Don Miguel Rúa dé una conferencia a todos los empleados de la casa en este sentido, pero atienda a que, antes, vayamos de acuerdo nosotros. Aquí se requiere una cabeza. La plática de las <> es la llave maestra de la casa. Muchísimo, si no todo, depende de ella. (**Es17.169**))
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