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((**Es17.152**) su coche. A este propósito, pone de relieve don Carlos Viglietti dos cosas. La primera que, cuando don Bosco ponía los pies en el palacio arzobispal, comenzaba el portero a ir tras él y, a medida que iba subiendo, todos los que encontraba a su paso, criados, cocheros, secretarios, familiares, todos lo seguían, de suerte que, cuando llegaba ante el Cardenal, tenía consigo a toda la casa. A su vez, apenas veían los jóvenes del Oratorio que se abría de par en par el portón del patio y avanzaban los dos caballos negros, que conocían muy bien, acudían corriendo y vitoreando con énfasis y con todo el corazón al Cardenal. Se echaba de ver con evidencia el gran amor que allí se tenía al Arzobispo. Entre las felicitaciones llegadas a don Bosco, es digna de mención la de la princesa Solms, a la que visitó en Pegli, camino de Roma 1. <((**It17.170**)) aceptar para su querido día onomástico nuestros mas sinceros augurios de felicidad. Nunca olvidaremos su bondadosa visita, de la que guardamos el mas feliz recuerdo, y esperamos que se repita pronto. Nos encomendamos todos muy encarecidamente a sus santas oraciones. Le pedimos especialmente tenga a bien rezar por la salud de todos nosotros; que mi querido hermano Alberto tenga pronto curada su pierna todavía tan débil y, asimismo, que Dios se digne conceder, a mi buen hermano Jorge, el hijo tan deseado. Ruego a V. S. tenga a bien acoger estas mis peticiones con toda su bondad. Besa su mano y se profesa, con la más alta estima, su atenta y segura servidora ISABEL, princesa SOLMS>>. El mayor de sus dos hijos fue más tarde al Oratorio para ver a don Bosco; mas, al no encontrarlo en Turín, entregó su tarjeta de visita a don Celestino Durando. Le invitaron a esperar su pronto regreso, pero el joven no pudo, porque tenía que ponerse en viaje hacia Prusia. Antes y después de su visita, entró a rezar en la iglesia de María Auxiliadora y habló y actuó de tal modo que don Celestino Durando creyó que era católico. Sucedíanse las fiestas una tras otra La proximidad del día onomástico de don Bosco no había mermado importancia a la fiesta de san Luis, que se celebró el domingo anterior, día veintidós de junio. Hubo la tradicional iluminación, los fuegos artificiales de siempre y la acostumbrada procesión. Celebró de pontifical monseñor Chiesa, obispo de Pinerolo y gran amigo de don Bosco. El jueves, día veintiséis, festejó don Bosco a su Santo con sus hijos del colegio de Lanzo. Las dos reuniones de antiguos alumnos se hicieron en julio. La de 1 Pegli, 24 de junio. Véase más atrás pág. 63. (**Es17.152**))
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