Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es16.398**) labradores a orillas del río Charente. Uno pregunta al otro qué dogma acaba de proclamar Pío IX. El dogma está en latín, >>cómo comprenderlo? El otro, entonces, cuenta, en dialecto, el contenido de la bula a su paisano. Lunes, 23. La señorita de Sénislhac, ausente desde el comienzo de las audiencias, regresa este día de Montluçon. Nosotras hemos de atender a la vez al taller y a las audiencias de don Bosco. Es una complicación. Pero estando la señorita de Sénislhac todo se simplifica. Se reserva la primera audiencia a las Damas del taller, que está en la segunda capilla. Como estas Damas no están todas presentes, a la llegada del Santo, se reúnen a las cinco de la tarde en la antesala. Don Bosco les dirige unas breves palabras y las bendice. La señora de Bonésic trata de organizar a las limosneras para el sermón de don Bosco. Martes, 24. La primera audiencia es para el personal de la casa. Habiendo remitido una joven viuda a don Bosco su anillo de boda de gran valor, él decidió rifarlo y la señora de Combaud se encargó de organizar dicha rifa; la Institutriz de sus hijas viene diariamente al salón para vender boletos. Esta tarde, la señorita de Sénislhac rogó a don Bosco, cuando lo acompañaba, que invitara a algunos señores para que viniesen a prestarnos una mano fuerte para mantener el orden; él respondió que sólo las señoras tenían la paciencia necesaria. He puesto unos libros sobre la mesa del salón para que entretengan el tiempo los que han de pasar largas horas esperando. El folleto de don ((**It16.479**)) Bosco, que coloqué como el más adecuado para despertar interés, ha desaparecido. Hemos alquilado cuarenta sillas, porque las nuestras eran insuficientes. Miércoles, 25. El gentío aumenta... La señorita de Sénislhac ha solicitado la misa de don Bosco al padre Barruel, quien la ha asegurado, pero temo mucho que la casa quede invadida por el personal que sigue a don Bosco, cada mañana, adonde él va a celebrar. Don Bosco recibe mucho dinero; la señorita Jacquier ve enviar puñados de oro; yo le presento siempre a don Bosco, cuando llega, un enorme paquete de cartas, que contienen billetes de banco. A veces no le entrego más que las señaladas como confidenciales. Las otras las entrego al reverendo Barruel, que se ha instalado en nuestra sala común y despacha la correspondencia, recoge los billetes, responde a consultas y propuestas, etc. Cada vez que don Bosco abandona nuestra casa, implora las bendiciones del cielo sobre nosotras de una manera impresionante: <>. Jueves 26. íEnorme afluencia! Por la tarde don Bosco era esperado por dos coches de lujo: uno era el del señor de St. Phalle, a cuya casa había de ir a cenar; y el otro de una enferma que habita cerca de la estación del Norte. Eran las ocho de la tarde cuando don Bosco concluyó sus audiencias. El joven de St. Phalle estaba impaciente por llevarle a su familia, que estaba reunida hacía seis horas para recibirle; pero don Bosco no aparentó preocuparse por ello, y dijo con gran calma que iría a dicha casa enseguida, tras atender a la persona enferma. Una pequeña sordomuda, venida del campo, en los alrededores de París, esperaba su turno con dos mujeres de su familia. Las pobres se quejaban porque veían acercarse la hora de la salida del tren. <> Tuvimos compasión de ellas y las hicimos pasar. Salieron de la Biblioteca encantadas. Don Bosco dijo que la joven sordomuda hablaría, cuando sus dos hermanos se hiciesen dominicos. Nos traen gran cantidad de objetos para hacerlos bendecir: rosarios, medallas, (**Es16.398**))
<Anterior: 16. 397><Siguiente: 16. 399>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com