Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es16.274**) De sus labios bebió entonces el Papa cuán metido estaba en la cima de sus pensamientos y en los afectos de su corazón el arreglo de la deplorable dia que separaba en Italia al Estado de la Iglesia. La cuestión romana se había puesto, en aquellos meses, como suele decirse, de actualidad. Pululaban artículos y folletos con proposiciones más o menos disparatadas sobre el modo de resolverla o llenos de enconadas polémicas. También el New York Herald de los Estados Unidos había encargado a uno de sus corresponsales en Italia que visitase a los mas ilustres personajes de las dos Romas, estudiase la recíproca posición del Quirinal y del Vaticano y diese cuenta de ello. Nació así una larguísima correspondencia, compendiada enseguida por algunos periódicos italianos y extranjeros. Había originado el gran debate una carta abierta 1 de Emilio Rendu, Inspector general que fue de las Universidades francesas, al honorable Rogelio Bonghi, sobre este candente tema. Pues bien, don Aquiles Ratti vio, en aquella ocasión, cómo don Bosco no acariciaba <> 2. En efecto, le oyó lamentar ciertos acontecimientos, <>; por lo que imploraba de Dios y de los hombres algún remedio posible para tantos daños, algún arreglo posible de las cosas, ((**It16.325**)) de forma que volviese a brillar, con el sol de la justicia, la serenidad de la paz en los espíritus>> 3. Por eso en la Encíclica Quinquagésimo ante anno del 23 de diciembre de 1929, al enumerar los consuelos, que le había aportado el año jubilar de su consagración sacerdotal, escribía: <(**Es16.274**))
<Anterior: 16. 273><Siguiente: 16. 275>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com