Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es16.174**) instituto una recepción solemne, dado lo imprevisto de su llegada y pensó aligerarle el disgusto, manifestándole espontáneamente que deseaba volver a verle en su casa. Volvió, en efecto, el día veinte de mayo. Fue una preciosa tarde del domingo. Le esperaban muchos amigos de la obra para honrarle y también para hablarle. Después de las audiencias, le llevaron a la capilla, donde encontró reunidos a los jóvenes y les dirigió una plática. <>, habló del temor de Dios, repitiendo por último el episodio del conde Colle y de su hijo. Los jóvenes lo escucharon con recogimiento y atención. Después pidió el abate Roussel al <>, y él lo hizo <>, que rezara junto con ellos cinco padrenuestros, y avemarías, para alcanzarle los preciosos tesoros de la gracia de Dios y atraer sobre sus bienhechores y maestros los auxilios especiales, que necesitaban para continuar con fruto su caritativa misión. Salidos de la iglesia, todos le rodearon, para que los bendijera. Se vio la generosidad del abate en la alegría que demostraba, al poderle entregar un gran número de cartas y ((**It16.201**)) una discreta cantidad de limosnas, que le habían llegado para entregárselas a don Bosco. Más aún: los mismos asilados, sin duda por inspiración altamente educativa del Director, reunieron entre todos una bonita cantidad para pagarle, según decían, el coche. Pero sobresalió todavía más por otro lado la magnanimidad del abate Roussel. Algunos de sus amigos le habían manifestado su inquietud al ver que se sustraían muchos donativos con detrimento para la juventud francesa pobre, preguntándole si esto no le preocupaba también a él: <>. Dióse incluso el caso de una abuelita anónima, por otra parte buena y generosa señora, pero excesivamente impresionable, que escribió al abate una carta desahogando su malhumor por aquella causa y adjuntando un billete de cien francos para él. Ignorando quién era la que escribía, contestóle Roussel desde las columnas de la France illustrée en estos términos: <>. Después de reproducir la carta de la abuelita 1, cerraba 1 Véase Apéndice, doc. núm. 38. (**Es16.174**))
<Anterior: 16. 173><Siguiente: 16. 175>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com