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((**Es15.584**) El Beato esperaba <> a la mamá de Francisco; naturalmente, en el Paraíso. íPobre Paquito! Todo nos autoriza a creer que don Bosco encontraba en la bondad de su índole y de sus otras cualidades los requisitos para hacer de él un buen sacerdote y quién sabe si también un buen salesiano. Nunca lo dice abiertamente; pero casi lo lleva de la mano, lo encamina, lo acompaña hasta el umbral, sin empujarle a entrar. Diríase que el buen Padre tenía el secreto presentimiento de la mala suerte que esperaba a su huérfano, quedándose en el mundo. 12. COSAS ROMANAS Las cartas que escribió al Procurador suelen ser de diversos asuntos. Hasta el presente, hemos presentado ya algunas, íntegras o en parte; damos plaza aquí solamente a dos. El envío de un sacerdote para ayudar a don Francisco Dalmazzo, una remesa de libros suyos y de Lemoyne para presentar al Padre Santo como signo manifiesto de su cariño al Vicario de Jesucristo, la esperanza de que el dilata 1 no le cerrase las puertas para otros privilegios, una manifestación de extraordinaria superioridad de ánimo, una manifiesta paternidad desde el principio hasta el fin, forman el contenido principal de esta importante carta. Muy apreciado Dalmazzo: Esta vez nos sirve de cartero nuestro hermano el reverendo Manfredi, expárroco. Tiene buena voluntad y es capaz para el trabajo. Pero es todavía novicio y, por tanto, procura ser su Maestro con las palabras, con las ((**It15.680**)) obras y con las diligencias a hacer en Roma. Si se necesitan exámenes, los hará. En San Benigno trabajaba excelentemente. A otra cosa. Desearía saber si mis libros y los de Lemoyne han sido presentados al Padre Santo, y si éste ha dicho algo y esto para nuestra norma. Conviene que hables con monseñor Masotti y le ruegues que nos aconseje y nos diga si, entre la concesión del Padre Santo por una parte y el dilata por otra, hay todavía algo, pero categórico. Después se lo dirás todo al cardenal Nina, a quien nosotros seguiremos sin ninguna duda. Alii alia dicant sobre lo nuestro en Roma. Yo no me preocupo de nada, porque estamos seguros de lo nuestro. Sin embargo, si me hablas confidencialmente: de nuestras relaciones con el Padre Santo, con el Cardenal Vicario, con la iglesia del Sagrado Corazón, etc., me harás algo muy útil. Adjunta tienes una carta sobre La Spezia, para que la leas, la cierres y la lleves después a su dirección. Ya sé que no está bien escrita; que el Cardenal 2 me perdone, 1 Véase más arriba, pág. 378. 2 El cardenal Jacobini, Secretario de Estado. (**Es15.584**))
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