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((**Es15.384**) Pero cada año lo habían divulgado y hecho amar más los abundantes sacerdotes diocesarios que habían estado bajo sus paternales cuidados en el Oratorio. Las numerosas vocaciones de Salesianos y de Hijas de María Auxiliadora nacidas en la diócesis y las generosas limosnas enviadas a Turín para las diversas expediciones misioneras eran un testimonio del cariño general a la pía Sociedad. De tales sentimientos fue una nueva prueba la primera conferencia salesiana que se dio en la ciudad el 17 de noviembre de 1881. La consiguieron los Cooperadores, que trataron directamente de ella con el Obispo. Monseñor Ferré no sólo la aprobó, sino que escribió por su mano a don Bosco y dispuso que los párrocos de la ciudad hablaran de ella a los fieles desde el púlpito. Llegó la voz hasta los pueblos lejanos y atrajo a muchos forasteros, de manera que aquel día la iglesia de ((**It15.442**)) San Felipe, aunque muy espaciosa, apenas si pudo contener a la muchedumbre que acudió a escuchar la palabra del Siervo de Dios. El se atuvo a su esquema predilecto. Presentó primero, como en un cuadro, el desarrollo de la actividad salesiana desde los principios del Oratorio hasta la reciente apertura de la casa de Faenza y el próximo ingreso en Brasil, iluminando su exposición con las admirables actuaciones de la Providencia, que siempre intervenía oportunamente por medio de los Cooperadores. Pasó después a la limosna, considerada como un deber religioso y una verdadera necesidad social 1. El Obispo, que presidía, tomó la palabra y, haciendo ver el dedo de Dios en las obras enumeradas, estimuló al clero y al pueblo a la cooperación, señalando el mérito de don Bosco y de sus hijos en los campos de la buena educación de la juventud, en la evangelización de los infieles y en la construcción de la iglesia dedicada al Sagrado Corazón de Jesús en Roma. Tenía este Obispo gran afecto por don Bosco. Siempre le quiso mucho, aunque no siempre le correspondió en algo que estimaba tanto como las niñas de los ojos 2. Diez volúmenes sobre la teoría de los Universales atestiguan su estudio prolongado y su gran amor por las doctrinas rosminianas. Se pasaba a veces noches enteras leyendo y escribiendo sobre su filósofo; con cualquier persona un poco culta con quien entablase conversación, entraba derechamente en lo más vivo de la cuestión rosminiana. Don Bosco y los suyos no estaban dispuestos a seguirlo en aquel terreno, y lo sabía él muy bien; pero 1 El Bollettino Salesiano de diciembre dio un amplio informe de esta conferencia (Véase: Apénd. Doc. núm. 69). 2 Véase, M. B. Vol. XIII, págs. 26 y 27. (**Es15.384**))
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