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((**Es15.300**) de miedo para los buenos; pero llegó detrás el mentís, que se esparció igualmente por la ciudad y desbarató las maniobras de los sectarios. Y después, ícuántas vicisitudes en aquella Comisión de los doce! Entusiasmos y desalientos, disensiones y arreglos, y desconfianzas ante las demoras de Turín. El romañol, de temperamento ardiente y generoso, se resiste a convencerse de que, a menudo, en los asuntos de importancia hay que saber dar tiempo al tiempo. Finalmente el 19 de julio escribía don Celestino Durando: <>. Escribió don Miguel Rúa al Obispo y recibió inmediatamente respuesta con los deseos de que fuera rápida la apertura de la casa. Esta carta gustó mucho a don Bosco, que le envió el diploma de Cooperador salesiano, y encargó que le anunciaran que en la próxima distribución del personal el primer pensamiento de los Superiores sería ((**It15.343**)) apoyar con todo esfuerzo el deseo de los Cooperadores de Faenza. Y, sin embargo, se estaba acabando octubre y no llegaban noticias de Turín. íCuánto había hecho rezar don Pablo Taroni a sus seminaristas! Es fácil suponer su aflicción, cuando se supo que no había sido posible encontrar personal y se vieron en cambio llegar los protestantes a Faenza. Su tristeza no tenía límites 1. En el colmo de la aflicción, brilló un rayo de esperanza en una carta del clérigo salesiano Foschini, que había sido seminarista suyo, el cual le comunicaba que don Bosco, pese a las dificultades alegadas por los Superiores, daba buenas esperanzas. Y las esperanzas se cumplieron de modo inesperado. La noche del 22 de octubre hubo en Liguria un desastre ferroviario entre Sarzana y Avenza; trece vagones descarrilaron y quedaron destrozados, ocasionando varios muertos y muchos heridos. Viajaba en aquel tren un joven sacerdote salesiano, que, después de sus ejercicios espirituales 1 Dotado de estro poético, cuando una fuerte impresión le inquietaba, solía expresarla en verso. En aquella ocasión, desahogó su corazón con estas tres estrofas, que envió al clérigo salesiano Foschini: >>Vienen ya los Salesianos? Los protestantes sí, -pregúntanse los cristianos-. los salesianos no; Vienen, sí, los protestantes, María, mira aquí responden los maleantes. la suerte que nos tocó. Mira, oh Madre, de hinojos a tus hijos predilectos. Las lágrimas de sus ojos nos obtengan tu piedad. (**Es15.300**))
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