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((**Es14.87**) materia a velas desplegadas. Depretis le escuchó con benevolencia, y le prometió que recomendaría sus escuelas al Ministro de Instrucción Pública. Se navegaba viento en popa. Entonces don Bosco intentó su golpe final. Con la ayuda de su amigo el señor Fernando ((**It14.92**)) Fiore, empleado en el Ministerio, había redactado un memorial a presentar al Jefe del Gobierno, para tener a su disposición los elementos en que apoyarse para concederle la facultad, que le pedía, de poner en las clases del Oratorio profesores sin título. Don Bosco le exponía el asunto en estos términos: MEMORIA Con el fin de ayudar a una institución, que se propone mejorar la clase más menesterosa de la sociedad civil, como es en realidad la juventud abandonada, y teniendo en cuenta que el centro llamado Oratorio de San Francisco de Sales en Turín: 1.° Fue considerado constantemente como obra de caridad, por las autoridades civiles y municipales, y proclamado como tal por el Senado del Reino y por la Cámara de Diputados; 2.° Que acudió muchas veces en ayuda de la autoridad pública, albergando a muchachos abandonados, y que, por eso, fue siempre favorecido, recomendado y socorrido por las autoridades mencionadas; 3.° Que las autoridades escolásticas, por más de treinta y seis años, le han dispensado de la obligación de tener profesores titulados en la enseñanza secundaria; 4.° Que los gastos para pagar profesores titulados gravaría excesivamente al Instituto, que carece de toda clase de recursos económicos; es más, que tales gastos perjudicarían a los jóvenes internados en él, cuyo número tendríase necesariamente que reducir; 5.° Este Ministerio, por su parte, queriendo continuar prestando al Oratorio el apoyo que siempre ha recibido durante los anteriores ministerios, como asilo de caridad o <>, donde don Bosco, sólo por espíritu de caridad, hace las veces de padre a los jóvenes en él asilados; 6.° Queriendo aplicar benignamente la ley de enseñanza de modo que resulte útil y no dañosa a la clase más necesitada de la sociedad; 7.° Deseando por último cooperar a la difusión de la enseñanza que ha llegado a ser obligatoria para las clases pobres y menos acomodadas; Autoriza: Al Reverendo Juan Bosco a impartir o hacer impartir la Enseñanza secundaria a los muchachos pobres de su pío instituto, sin obligación de poner en las respectivas clases profesores legalmente reconocidos. El documento debía ir acompañado de una carta, que sirviera de presentación y, cuando lo pidiera la necesidad, de reclamación: Excelencia: Me encuentro en la necesidad de recomendar a V. E. la condición de los pobres jóvenes internados en el Oratorio de San Francisco de Sales en Turín. ((**It14.93**)) Este(**Es14.87**))
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