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((**Es14.726**) todo si han cambiado. -Si alguno no pudiese pagar la pensión, o tuviese atrasos, no se manifieste. -He visto a alumnos llorar por esta causa. Vigilemos como si todos fuesen malos, -pero obremos de manera que todos crean que los tenemos por bonísimos. Cuando un muchacho ha salido del colegio, no hablemos más de él, aunque haya tenido mala conducta. -Para nosotros, como si hubiera muerto. -íNo hay enemigo detrás de la tumba! Más aún, sin ofender la regla y cuando no hay peligro de escándalo, defendamos siempre al alumno acusado. ((**It14.850**)) Y aun cuando esté castigado, procuremos compadecerlo y animarlo, aunque no dejemos de hacerle ver su error. Entonces, sí que nos querrán los muchachos. -E impidamos que se burlen los demás del castigado. Se irrita y se obstina en el mal quien es burlado. 13.° Castigar con justicia y con caridad: no demostrar nunca enfado, porque entonces dirán que no es el reglamento, sino el amor propio ofendido lo que se quiere vengar. No se golpee a ningún muchacho por ningún motivo. La ley castiga con la cárcel y con multas al asistente que da un solo bofetón al alumno. -Un muchacho malo puede deshonrar al colegio con una sola palabra. Un bofetón le costó a N. N. cien liras de multa. No amenazar al alumno con suspenderlo al fin del año; esta amenaza desalienta mucho, y, si el alumno no fuese aprobado, siempre dirá que fue una venganza del maestro. Los castigos de encierro, de silencio y de privar de la comida algún día, hay que dejarlos al prefecto, a quien se informará de la falta. Las faltas de obediencia en el dormitorio, en el recreo o en la iglesia, corresponde castigarlas al prefecto. A él le toca mantener la disciplina. Con ello se obtendrán dos ventajas: que el clérigo al no castigar, sino dar noticia, no tendrá peligro de castigar injustamente o que el castigo dado sea mayor que la falta: y no tendrá que temer ninguna odiosidad, comunicándola a sangre fría y aún después de un rato. Convenceos de que vuestra autoridad nunca sufrirá por ello y que el Director está resuelto a que sea respetada a toda costa. Los asistentes refieran al maestro las faltas de clase, pero no castiguen por propia autoridad. (**Es14.726**))
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