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((**Es14.659**)la nueva misión, llevados a cabo por sus piadosos misioneros, con vistas a que se reflejen los tres requisitos antes indicados, yo me apresuraría a someter esta petición al Consejo, y éste resolvería los recursos que la Obra pudiera asignarle. Le suplico, Reverendísimo Padre, que siga siendo usted mismo, y por medio de sus celosos misioneros, el Apóstol de la Santa Infancia de Italia Septentrional. Italia se nos muestra generosa, pero esperamos de ella mucho más aún. íSería muy feliz, si pudiera entregar centenares de miles de francos para las misiones de Japón, Mongolia, Africa Ecuatorial y Patagonia! Los esfuerzos de su caridad en favor de nuestra Obra realizarán este milagro, y yo me consideraré feliz al poderle decir que cada cabeza de grupo, al recoger doce cuotas de doce monedas cada una tiene la seguridad de hacer bautizar un niño infiel en punto de muerte, y así enviar un ángel más al cielo. Cuánto me gustó escuchar, en el Congreso de Angers, la lectura del informe del Sr. Ernesto Harmel sobre sus admirables Obras. Dígnese recibir, muy Reverendo Padre, la seguridad de mi profundo y religioso respeto en N. S. París, 30 de septiembre de 1879 El Director General, Firmado: H. DU FOUGERAIS ((**It14.772**)) B Muy Reverendo Padre: La carta que usted nos ha dirigido, con fecha 17 de septiembre último, ha sido objeto de un concienzudo e interesante examen, por parte de ambos Consejos Centrales de la Obra de la Propagación de la Fe, tanto aquí como en París. Nos hemos congratulado de cuanto nos dice, muy reverendo Padre, al ver extenderse el Reino de N. S. J. y a los Misioneros de una Congregación tan entusiasta como la de los Salesianos, que se entregan a la evangelización de las gentes de la Patagonia, que han permanecido hasta hoy en las tinieblas del paganismo. En cuanto a la aportación de nuestra Obra a los indispensables gastos de esa santa empresa, sentimos mucho, muy reverendo Padre, vernos obligados a darle una respuesta negativa, hasta que esa Misión, sobre la que ha llamado nuestra atención, haya sido erigida por el Padre Santo de un modo oficial, y el Cardenal Prefecto de Propaganda Fide nos haya informado, también de modo oficial, de la aludida erección, comunicándonos, además, que el Soberano Pontífice le ha designado como Superior de la misma. Hasta el presente y mientras no se modifiquen los límites actuales, la misión pertenece al señor Arzobispo de Buenos Aires, que ostenta la jurisdicción espiritual de la Patagonia, que forma parte de su diócesis, y se encuentra, por consiguiente, en un estado católico, es decir, fuera de aquellos a los que son aplicables las limosnas de nuestra Obra. No nos ha sorprendido, pues, no haber recibido, a este respecto, ninguna carta de S. E. el Cardenal Prefecto de Propaganda, que conoce las normas marcadas para nuestra Obra por la Santa Sede. No nos queda más que expresarle nuestros augurios de que el Gobierno católico (**Es14.659**))
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