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((**Es14.546**) elemental, a los cuarenta y un años de edad, y, a los cuarenta y seis, se ordenó de sacerdote. En el solemne Viático, delante de los Hermanos que rodeaban su lecho arrodillados y derramando lágrimas, prorrumpió en estas ((**It14.641**)) palabras: -íUnión en caridad, unión en castidad; os lo recomiendo, unión en caridad, unión en castidad! Así que exhaló el último respiro, el llanto llenó la casa; fuera de ella, se elevó un coro de alabanzas a las virtudes y obras del óptimo discípulo de don Bosco; don José Vespignani atestigua que en seguida se experimentaron los efectos de su asistencia desde el cielo 1. Don Bosco, informado telegráficamente de la dolorosa pérdida, respondió con un telegrama el día 7 a la Curia Arzobispal y, por medio de ésta, a los Salesianos, disponiendo que don Santiago Costamagna fuese el Inspector provisional. El señor Arzobispo que, con motivo de los trastornos públicos, no había podido hacer nada de lo que don Bosco le había pedido y que, por tanto, nada había tenido que contestar hasta entonces sobre ello, le escribió la siguiente carta ante la triste circunstancia. Reverendísimo don Bosco: V. S. Rvma. habrá recibido, con resignación apostólica, la triste noticia de la muerte del reverendo señor don Francisco Bodrato, su amadísimo hijo en Jesucristo y nuestro queridísimo amigo. Su muerte es una gran pérdida para nosotros, pues estaba a la cabeza de la nueva institución Salesiana en América y ahora más que nunca sentimos su falta. El llevaba un gran peso, es verdad, pero con verdadero valor apostólico. El Señor ha querido recompensar desde ahora sus grandes trabajos y sufrimientos, heroicamente llevados y sufridos por la Congregación. Esperamos que, desde lo alto de la gloria del cielo, él alcanzará con su intercesión gracias y favores para sus hermanos y para sus pobres huérfanos que, con tanto interés, llevaba de las calles a las casas salesianas. Estos últimos meses fueron terribles para Buenos Aires a causa del azote de la guerra civil; y el Colegio de artes y oficios de San Carlos-Almagro ha sufrido muchísimo por encontrarse entre dos fuegos, el del bando nacional y el de la provincia. Hubo que enviar a sus casas a casi todos los pobres muchachos, quedándose los que no tenían techo. Todos tuvimos que sufrir, pero ímás que nadie don Francisco Bodrato! Dios le ha recompensado sus sufrimientos y su caridad. A pesar de la crítica situación en que se encuentra el país, el Colegio profesional y las demás casas Salesianas marchan bastante bien. 1 Esto escribe en una crónica mecanografiada de la casa de san Carlos. En este escrito enumera ocho razones por las que la fundación de san Carlos fue bendecida por Dios; las publicamos en el apéndice, Doc. número 73. (**Es14.546**))
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