Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es14.408**) Si escribes, dirige las cartas a Lucca hasta el 25, después a Sampierdarena, en mayo a Turín. Dios os guarde a todos en su santa gracia; un cordialísimo saludo para los muchachos y los Hermanos y que todos recen por mí, que soy en J. C. Roma, 18 de abril de 1880. Afmo. amigo JUAN BOSCO, Pbro. Escribió también una hermosa carta al barón Héraud, de Niza. En ella se pone de relieve el constante buen humor de su carácter. Especialmente fuera de Niza, donde no fuese conocido, al encontrarse con don Bosco, tenía a veces geniales y graciosas ocurrencias, que alegraban mucho al Beato y a todos los que estaban con él 1. Como camarero de capa y espada que era, había estado hacía poco prestando servicio en el Vaticano. Muy querido señor Barón. Antes de salir de Roma, tengo que cumplir mi deber y escribirle una carta. Los asuntos y personas devotas o curiosas me han ocupado continuamente y no me dejaron tiempo para mí. He podido hacer algunas visitas, entre ellas a los cardenales Bartolini, Bilio, Oreglia y Nina, monseñor Boccali, Ciccolini, etc. Todos se acuerdan de usted, de sus conversaciones, salpicadas de gracias y donaires. Cada uno de ellos me encargó particularmente le diera sus recuerdos, saludos y deseos de su regreso a Roma. ((**It14.476**)) Pero, en la audiencia con el Padre Santo, he podido hablar con comodidad. Recordaba perfectamente su estancia en el Vaticano y decía: -íQué persona más amable! Siempre está de buen humor. Sé que hace mucho bien con su buen ejemplo, con la práctica de la religión y las obras de caridad. Sé también que favorece mucho a su institución; guardadlo como oro en paño. Pidió después noticias de su familia, y habiéndole contestado que toda su familia eran usted y su señora, que está enfermita, siguió diciendo: -Que Dios les conceda la paz del corazón para él y la salud para su esposa; comunicadle mi santa bendición. Me pareció oportuno añadir que V. S. se ocupa del óbolo de San Pedro. -Lo sé, replicó S. S., y por eso me he acordado de él y de sus detalles. 1 Una vez, por ejemplo, fue a ver a don Bosco a La Navarre y llegó cuando el Siervo de Dios estaba sentado a la mesa con algunos señores invitados. Supo ocultar tan bien su condición que el buen hombre encargado del servicio se rindió a sus ruegos de ir a pedir a don Bosco un plato de sopa para él. Don Bosco se lo mandó llevar y el Barón, con la más desenvuelta sencillez, se sentó allí fuera en un banco y comió. Así que terminó, entró bonitamente en el comedor y se fue derechamente a don Bosco diciendo: -Vengo para agradecerle el plato de sopa que... Es fácil de imaginar el resto de la escena. Su presencia rompió la etiqueta, despertó la alegría en los comensales y con sus agradables maneras acrecentó las simpatías de aquellos señores hacia don Bosco. (**Es14.408**))
<Anterior: 14. 407><Siguiente: 14. 409>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com