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((**Es14.391**) siempre aquel encuentro. Un joven eclesiástico, que igualmente lo observó entonces con interés y guardó de él afectuoso recuerdo, fue monseñor ((**It14.455**)) Salvador Meo, más tarde Vicario general de Nápoles y Obispo titular de Metone 1. A este prelado que se consideró feliz por introducir a don Bosco a la audiencia del Arzobispo, le debemos una noticia, de la que se desprende el alto concepto que el futuro Cardenal se formó desde entonces de nuestro Fundador, puesto que mandó colocar su fotografía en la pared sobre el sillón, donde el Beato estuvo sentado; fotografía que permaneció allí constantemente hasta la muerte del que la había mandado colocar 2. Don Bosco le envió desde Roma en seguida el diploma de Cooperador Salesiano, que el digno Prelado le agradeció, asegurándole que lo había recibido con mucho gusto y rogándole le indicara <> 3. La visita del Beato a Nápoles contribuyó a aumentar allí notablemente el número de Cooperadores, que ya era considerable. La mención del monasterio de la Visitación trae a la memoria un recuerdo importante, vivo todavía entre aquellas religiosas, como lo pudo comprobar hace poco el Salesiano don Tomás Chiapello, que hizo mención de ello en el opúsculo citado en la nota. La actual Superiora recuerda muy bien la visita de don Bosco y cómo agradeció la modesta cena, que se le sirvió en el locutorio. Pero hay mucho más. Vivían en el monasterio dos monjas profesas desde 1876 y enfermas, una con dolores de cabeza y otra con un mal interno. Con la esperanza de que la bendición del Siervo de Dios las curase, se presentaron a él. Don Bosco bendijo a la primera y le dijo: -Jesús la quiere por compañera en su coronación de espinas. Sin embargo, trabajará mucho por esta casa. En efecto vivió hasta 1920, ocupando los principales cargos, pero siempre atormentada por su dolor de cabeza. Bendijo a la segunda, animándola a sufrir; después, dijo aparte ((**It14.456**)) a la Superiora, fallecida en 1881: -Esta Hermana está madura para el Cielo. En efecto, a los pocos meses dejó de vivir. El regreso de don Bosco a Tor de'Specchi fue amargado por un desgraciado suceso ocurrido el día anterior. El 31 de marzo por la 1 T. CHIAPELLO; Il Beato don Giovanni Bosco nella visione e nelle previsioni di quarant'anni fa. Federico y Ardia, editores, Nápoles 1929, pág. 96. 2 Carta de monseñor Meo al nuevo Rector Mayor don Pedro Ricaldone, Nápoles, 19 de junio de 1932. 3 Carta a don Bosco, Nápoles, 16 de abril de 1880. (**Es14.391**))
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