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((**Es14.164**) un trienio de tolerancia, para formarse los profesores o tomar otras medidas oportunas con que asegurar el porvenir de sus muchachos. El segundo artículo trataba de mantener que no podía el Delegado demostrar que los profesores consignados en la lista, en lugar de cumplir su obligación, se hicieran substituir por jóvenes clérigos o jóvenes sacerdotes, como él había afirmado en su informe al Consejo Escolástico. Hemos de confesar que aquí el razonamiento resulta capcioso; bastaba responder a este punto con un provisum in primo (una medida provisional en un primer momento). Allí estaba el argumento decisivo y aquí solamente el tendón de Aquiles, que, en efecto, ofreció al Delegado óptima ocasión para una réplica 1. Don José Bertello contraatacó, desentrañando precisamente el argumento de los argumentos, sobre el cual, por el contrario, el Delegado había pasado a vuelo de pájaro sin escrúpulos, diciendo que aquel primer artículo no contenía nada digno de nota 2. Un periódico humorístico, bromeaba sobre <> y, con algunas necedades, establecía un paralelo entre Margotti y don Bosco, que nos abre un portillo para columbrar los pensamientos secretos que debieron originar esta guerra 3. Decía el articulista: <((**It14.185**)) daño a Italia don Bosco (salvando siempre desde luego la buena fe) que cien Margotti. Margotti, al menos, es conocido. Lleva la bandera desplegada. Tiene franqueza, es hombre de carácter. No teme ni al diablo. Dice sin rodeos y a voz en grito: -Queremos al Papa-Rey, fuera de Roma los ladrones, los excomulgados, y desea que venga otro Sixto V, que dé polenta y horca (ípan y toros!) en abundancia a los romanos. En cambio don Bosco, paréceme haberlo dicho ya en otra ocasión, es como el agua muerta, que socava sordamente la orilla. A hurtadillas enseña su honrado catecismo, insinúa, a la chita callando, ideas sobre el Papa-Rey (pero sin nombrarlo directamente); y hace un año que prepara soldaditos para 1 Ibídem, 31 de julio. Antes de su réplica, don José Bertello había enviado al diario un tercer artículo para defender a don Bosco contra acusaciones personales que le había lanzado el Delegado en su carta a Margotti; lo reproducimos en el Apéndice (Doc. núm. 25). 2 Véase: Apéndice, Doc. núm. 26. 3 Fischietto, 26 de julio de 1879. La muy anticlerical de entonces Gazzetta del Popolo, con su diaria firma <>, defendía abiertamente al Delegado. Para causar miedo, un artículo de este diario (31 de julio) terminaba así: <>. El golpe iba contra los profesores Perosino y Allievo. También la liberalísima Gazzetta Piemontese tomó la defensa del Delegado, sosteniendo la ilegalidad de las escuelas de don Bosco (3 de agosto). (**Es14.164**))
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