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((**Es13.755**) en efecto, las malas inclinaciones y pasan años y años de modo que se puede decir con toda verdad que no han cometido ni siquiera un pecado venial deliberado. Esto nos debe consolar; esto es lo que me ha empujado siempre a extendernos mucho: porque parece precisamente que allí donde la Congregación planta sus tiendas, allí abunde la gracia del Señor. Un reciente encuentro con monseñor Ferré, Obispo de Casale, hombre docto y fino observador, había dado ocasión a una conversación semejante. El Obispo, investigando el motivo por el que la Congregación se extendía tanto y los colegios salesianos progresaban de aquella manera, había pronunciado en presencia de personas notables dos juicios que don Bosco declaró que respondían a la verdad y que él refirió aquel día a don Julio Barberis. ((**It13.889**)) -Don Bosco, decía monseñor Ferré, tiene dos grandes secretos, que son la clave de todo el bien realizado por los suyos. En primer lugar, embebe de tal modo a los muchachos en las prácticas de piedad, que, casi diría, los emborracha. La misma atmósfera que los envuelve, el aire que respiran está impregnado de prácticas religiosas. Los muchachos, impresionados de este modo, casi no se atreven, aun queriendo, a hacer el mal; no tienen medios para hacerlo; deben moverse absolutamente contra corriente para ser malos; si dejan las prácticas de piedad, se encontrarían como peces fuera del agua. Esto es lo que hace a los jóvenes tan dóciles, que les hace actuar por convicción y en conciencia, de modo que ni siquiera es posible imaginar una rebelión. Las cosas marchan bien por una fuerza irresistible. Pero, >>cómo hacer para sostener a tantos clérigos y sacerdotes jóvenes, en el ministerio más peligroso, en la edad más crítica, sin que ellos mismos caigan? Este es el segundo secreto. -Don Bosco acumula sobre cada uno tantas cosas a hacer, los carga de tantas obligaciones, de tantos pensamientos y solicitudes, que no tienen tiempo ni para volver la mente a otra cosa. íSi uno apenas puede respirar, pensad cómo puede ser arrastrado al mal! Hay en Borgo San Martino dos cleriguitos que no parecen todavía aptos para nada; y, sin embargo, estudian por su cuenta, se preparan para exámenes, dan clase, asisten. >>Cómo no se va a caminar seguro en materia de moralidad, cuando se trabaja de este modo? Referidas estas observaciones del Obispo de Casale, comentó el Beato: -Me parece que son dos verdades bonitas y buenas. En cuanto a las prácticas de piedad, no se busca oprimir a los muchachos, sino no detenerlos nunca; se hace que estén como en el aire, que no oprime, no (**Es13.755**))
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