Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es13.679**) -Pero yo os digo que puede muy bien haberlos. El pasado debe servirnos de maestro para el presente. El demonio cuenta con servidores en todas partes. Muchas veces se va adelante por largo tiempo y, después, uno advierte que fulano era todo un lobo rapaz, y esto solamente después de que la ruina de la grey fue bastante grande. Había varios con nosotros en años pasados, cuya apariencia era muy buena y ahora sólo Dios sabe lo que son. Lo que quiere decir, que éstos no eran realmente buenos, o, si lo eran, hubo quien, poquito a poco, los hizo malos. Estos, a decir verdad, y por una gracia especial de Dios, son pocos, pero los hay. -íTodos son buenos!, repiten algunos. Mas la experiencia, y no el corazón, debe amaestrarnos en ello. Y la experiencia nos enseña que, entre los apóstoles, hubo un Judas y, en las Ordenes religiosas más santas, siempre hubo escoria. >>Y si apareciese algo de ello entre nosotros, un Judas, como suele decirse? íAh, lejos, muy lejos de nosotros los compañeros peligrosos! Trátese, en cambio, con los buenos, los que van con gusto a visitar al Santísimo Sacramento, los que animan al bien: y nuestra amistad trate por igual a todo compañero con la misma caridad: pero húyase de los murmuradores, de los criticadores, de los que buscan eximirse de las prácticas de piedad, de los que quieren ser exclusivos en sus amistades. Si tomamos todas estas precauciones, será muy difícil, por no decir imposible, que el demonio pueda robarnos la virtud de la castidad. íAh, cómo, ((**It13.801**)) y con qué gusto se reiría el demonio, si ahora cayésemos nosotros en sus manos. ->>Diste un adiós al mundo? nos diría burlándose; >>renunciaste a mí y a mis lisonjas? Mira, ahora de nuevo, a este nuestro religioso, que quería hacerme la guerra y, a pesar de sus propósitos, ha caído en la trampa, ísin ningún trabajo por mi parte! 2.° Otra cosa que recomendaba san Felipe Neri para poder estar seguros en la virtud de la castidad, y no menos importante que la huida de las compañías peligrosas, es la fuga del ocio. -Ocio y castidad, decía, nunca pueden andar juntos. El ocio es un vicio que arrastra consigo muchos otros. Es un ocioso el que no trabaja, el que piensa en cosas no necesarias, el que duerme sin necesidad. Cuando se ve a un compañero ocioso, hay que temer en seguida por él: su virtud no está segura. Tal es el que pierde tiempo en el estudio, mira a las musarañas, bosteza en clase, busca en seguida cómo apoyarse en la iglesia y en la oración, duerme durante el sermón, y su momento más deseado es cuando se acaban las funciones y las horas de estudio; y, a lo mejor, ni siquiera le gusta el tiempo de recreo. íSi no trabajáis vosotros, trabaja el demonio! El enemigo de las almas va dando vueltas siempre alrededor, buscando cómo hacernos daño y, si ve a uno desocupado, aprovecha inmediatamente la ocasión propicia para cumplir sus planes. Vuestra mente está allí fija sin pensar en nada; pero el demonio suscita inmediatamente imaginaciones de cosas vistas, oídas, leídas, sucedidas. >>Se sigue estando ociosos? Estas imágenes se apoderan de la mente, trabajan sin cesar, no se resiste a ellas y la tentación triunfa. Aún hay mayor peligro cuando uno descansa más de lo necesario y, especialmente, cuando se tiene el capricho de descansar durante el día. Yo encuentro muy peligroso el descanso de después de comer; es típico de aquel demonio meridiano del que habla la Sagrada Escritura, el cual se insinúa hasta en las almas más buenas. Lo sabe el pobre rey David. Es un momento en el que el alma está menos preparada, y, en cambio, el cuerpo harto está en aquel momento más preparado. Entonces el demonio ocupa la imaginación, después el entendimiento, y, por fin, abre camino a la voluntad y he aquí que se deploran tristes caídas. Estemos, pues, muy ocupados: es lícito leer, estudiar, cantar, reír y saltar; mas, por (**Es13.679**))
<Anterior: 13. 678><Siguiente: 13. 680>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com