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((**Es13.349**) para los muchachos, desarrollando los temas de los novísimos: el pecado, la muerte, el juicio, el infierno. Luego les llamaban sus jefes, y también el alcalde, y les preguntaban si don Bosco había predicado sobre la revolución: -<((**It13.403**)) Además, habló del infierno como yo nunca había oído hablar. Y, sin embargo, don Bosco dijo a lo último que lo que había descrito no era nada, ícasi una sombra frente a la realidad!>>. >>Pues y las escenas entre don Bosco y el marqués de Cavour, apodado <>, padre de Gustavo y de Camilo?... >>Y el Consejo de Estado reunido con el Arzobispo, para decidir si se podrían permitir los Oratorios?... Hablando de esta manera revivía él y casi hacía vivir a los suyos las escenas más características de aquellos tiempos heroicos. Si entonces no se pintó el cuadro, siguen estando, sin embargo, siempre presentes en sus palabras los elementos para pintarlo, cuando surja el artista. Con fecha del primero de mayo, recoge don Julio Barberis algunas de las preciosas confidencias que el Beato le hizo paseando en la biblioteca, que comunicaba con su habitación, donde entraba cuando necesitaba descansar la cabeza o estirar las piernas. íCuántas cosas pueden leerse entre líneas! -Veo realmente, le decía, que es imposible que yo atienda a todo. Es necesario que el Capítulo Superior esté completamente libre de las cosas de la casa, y, más todavía, que cada miembro de éste tenga algún secretario. Si yo tuviese cinco o seis sacerdotes, sin más ocupación que ejecutar los pequeños trabajos que continuamente les daría, tendrían sobrada tarea. Hasta ahora he ido adelante confesando cada día, pero veo que no es posible seguir así. Ciertamente es cosa de la mayor importancia. He estado hasta ahora y estoy en mi puesto mientras he podido, pero ya no puedo más. Tendré que celebrar la misa en mi habitación, para tener algún tiempo libre y pensar en nuestras cosas. Con atender confesiones y audiencias, no me queda, en toda la mañana, ni un sólo minuto para dedicarlo a otros asuntos. Hasta ahora daba audiencia solamente por la mañana, pero ahora, habiéndose sabido que a primeras horas de la tarde se podía de algún modo hablar con don Bosco, vienen también después de la comida, y tengo que dejar de ocuparme de las cosas de la Congregación o no salir en absoluto de casa: y así no resiste la salud y falta el pan para los muchachos, (**Es13.349**))
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