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((**Es13.250**) que necesariamente debemos hacer, no hemos de tener respetos humanos, sin embargo, en las no necesarias, conviene evitar cualquier manifestación que llame demasiado la atención sobre lo que somos. Además, ya en la conferencia decimoquinta, a propósito de las buenas costumbres dignas de conservarse y propagarse, se renovó la recomendación de no introducir ninguna de las que, a los ojos de los malos, pudiesen tener visos de prácticas supersticiosas; y atenerse en ello especialmente a las usanzas del lugar. >>Qué decir, por tanto, de la costumbre de santiguarse en el patio, antes de hincar el diente en el panecillo del desayuno? He aquí la respuesta del Beato: -Esta es, sin duda, una óptima costumbre; pero >>qué dirían los malos si, yendo a su casa o estando ellos presentes, nos viesen santiguarnos? Si nos ven hacerlo antes de la comida, no dicen nada; saben que lo prescribe el catecismo, que todo buen cristiano lo hace y no se extrañan. Nosotros en particular podemos hacerlo; pero en los lugares donde no existe la costumbre, no es del caso introducirla. Especialmente, no hay que insistir en esto con los muchachos de ((**It13.285**)) nuestros colegios. Desgraciadamente los hay, que tienen padres muy ajenos a las prácticas religiosas. Si les ven rezar antes o después de la comida, tal vez lo toleren; si les vieran hacerlo en el desayuno, fácilmente daría pie a cuestiones y, a veces, ya no enviarían a sus hijos al colegio, diciendo: -íSe les enseñan demasiadas gazmoñerías! El Rector Mayor y el Capítulo General. Las críticas. <> y <> Conferencia 23.¦ En la lectura de los artículos preceptivos o directivos, que venían en las actas a continuación de las diversas discusiones, se encontró uno, en el que se decía de cierta cosa que se remitiese <>. Don Bosco quiso que se modificase la expresión substituyéndola por <>. Y explicó: -Al decir Rector Mayor, se entiende todo; porque la Regla dice que en las cosas de importancia, reúna él a su Capítulo. Si se dice de otro modo, parece que se quiere hacer la cosa sin el Rector Mayor, siendo así que a él corresponde disponerlo todo en la Congregación. En todo lo que es de algún relieve, acúdase siempre al Rector Mayor; él, después, si ve que corresponde a algún cargo particular, confiará un asunto al prefecto, otro al ecónomo, o a quien corresponda. Pero si las cosas son de mayor relieve, reunirá el Capítulo. (**Es13.250**))
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