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((**Es13.212**) para la ejecución. Llegó después el verano, cuando aflojaban los trabajos de las Congregaciones Romanas, de suerte que el Conde tuvo oportunidad para celebrar tranquilamente su primera misa y también para hacer con don Miguel Rúa un viaje a París, donde trataron importantes intereses de la Congregación, como narraremos más adelante. A su regreso, estaba ya en un estado de ánimo que le permitía recibir la inesperada comunicación sin peligro de repercusiones. En efecto, cuando se enteró de lo que se le pedía y comprendió bien la naturaleza y el alcance de la cuestión, escribió al Padre Santo la siguiente súplica con fecha 4 de diciembre. <>. El 12 de diciembre el abogado Leonori envió el rescripto 1, en el que se mandaba al Conde pasar un mes entero en la casa de noviciado bajo la dirección del Maestro de Novicios y después repetir la profesión perpetua de acuerdo con las Constituciones. Con toda sencillez volvió el buen religioso a ir a comer al refectorio de los ((**It13.240**)) novicios, se unió también a ellos durante todo un mes en los ejercicios propios del noviciado, y al cabo del mes renovó privadamente en manos de don Bosco la profesión perpetua. Así quedó zanjada la cuestión y no se volvió jamás a hablar de ella. Nada de esto, como anteriormente dijimos, impidió al conde Cays recibir todas las órdenes sagradas a título de patrimonio. Le ordenó de subdiácono monseñor Salvai, Obispo de Alessandria, el 15 de abril de 1878; de diácono el Arzobispo, el 15 de junio, y de presbítero el mismo, el 20 de septiembre. Su Excelencia quiso conferirle la última ordenación en la iglesia catedral en presencia de muchos nobles señores y señoras, parientes, conocidos y amigos del ordenado y con gran concurso del pueblo. El novel sacerdote hubiera podido celebrar solemnemente en Turín su primera misa; mas su piedad hubiera sido demasiado distraída. Por lo cual, renunció a todo festejo, se alejó de 1 En la carta que acompañaba el rescripto, el abogado escribía: <>. Estas palabras permiten razonablemente suponer que también el cardenal Oreglia pensaba como don Bosco. (**Es13.212**))
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