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((**Es12.83**) estudio y morum probitas (honradez de costumbres). Si no se tiene inclinación, es inútil todo lo demás, a no ser que, como ocurre muchas veces, esto sea sólo por timidez; en cuyo caso se puede muy bien alentar a ir adelante. Por lo que toca al estudio, atiéndase al resultado de los exámenes. Queda luego la honradez de costumbres. Esta es absolutamente necesaria; a no ser que uno quiera vivir en riguroso retiro y sea siempre buena su conducta, salvo el caso en que sean las ocasiones las que lo arrastran al mal camino. Ahora diré alguna de las industrias, que pueden ayudar mucho a cultivar las vocaciones, aunque algunas puedan parecer insignificantes. 1.¦ Frecuente recepción de los sacramentos; y no me detengo en este punto, porque todos saben lo útil que resulta. Esto es lo normal en nuestras casas. 2.¦ Es necesario mucho cariño con los muchachos y tratarlos bien. Esta bondad de trato y este cariño deben ser el rasgo característico de todos los Superiores, sin excepción. Todos juntos lograrán atraer a uno, pero basta uno para alejar a todos. íOh, cómo se encariña un muchacho, cuando se ve bien tratado! Pone su corazón en manos de los Superiores. 3.¦ No sólo hay que tratarlos bien, sino que, a un mayorcito que ofrece alguna esperanza, debe concederle el Superior mucha confianza. Debe, por ejemplo, tomarlo aparte y decirle: -Mira, amigo mío, necesito que me hagas este trabajito, que me copies esta hoja (y puede ser algo sin la menor importancia y que no necesitamos para nada), pero necesito que nadie lo sepa. Si te parece que puedes hacerlo en el salón de estudio cuando no están los demás o cuando nadie te vea, bien; de lo contrario, vete a tal sitio, habla con tal superior que te indique un lugar y después, cuando hayas terminado este trabajo, me lo traes. Parece una nonada insignificante; pero el llamarlo aparte, el dar importancia a la cosa, ese no sé qué de secreto, hace que el muchacho quede atraído irresistiblemente hacia el superior y haría cualquier sacrificio por él y apega el corazón a quien supo ganárselo de esta manera. También ayudará, por ejemplo, tomar aparte a un muchacho y decirle: -Necesito que me hagas estos días un favor muy grande, >>serías capaz de hacer un par de comuniones verdaderamente fervorosas según mi intención? Contestará afirmativamente. -Elige los días a tu gusto; pero me agradaría saberlos para que podamos unir nuestras oraciones. -Elegiría tales días. -Muy bien; cuando hayas comulgado las dos veces, ven a decírmelo y entonces, si puedo, te diré el motivo. Ese muchacho queda medio conquistado con este rasgo de afectuosa confianza. Cuando vuelva, después de comulgar, ((**It12.89**)) se le podrá decir por ejemplo: ->>Sabes qué gracia tenía yo tanto interés en alcanzar? -No. ->>Quieres que te la diga? Mira, hacía yo oraciones especiales y he querido que también las tuyas estuviesen unidas a las mías, porque quería pedir al Señor por mi santidad y por la tuya; y que nos haga santos a los dos; que, unidos siempre, materialmente en esta tierra, podamos un día estar juntos en el cielo. >>Te gusta así? >>Quieres comprometerte muy de veras para que sea así? íAnimo! Yo seguiré rezando, para que la empresa, que hemos comenzado, siga adelante prósperamente; y tú también rezarás para este fin, >>verdad?(**Es12.83**))
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