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((**Es12.68**) Y después, progresivamente año tras año, registrar todas las cosas de la manera que he dicho, el número de alumnos, la fecha de inauguración y fin del curso, especificando detalladamente la cantidad y calidad del personal que actúa en cada colegio, etc., etc. Año tras año, cada director hará trasladar esta crónica a otro libro mayor, con buena letra, que se conservará en el archivo del colegio, y el original o una copia del mismo, a medida que esté terminado un cuaderno, se enviará a Turín, para que los Superiores conozcan bien la marcha de los colegios y puedan tener una norma y una historia de toda la Congregación. Yo he escrito ya sumariamente diversas cosas que conciernen al Oratorio, desde sus comienzos hasta ahora; es más, hasta el año 1854 he escrito muchas cosas detalladamente. En 1854 comenzamos a hablar de la Congregación, y las cosas adquieren inmensas dimensiones y toman otro cariz. He pensado que este trabajo será muy útil para los que vengan después de nosotros, y para dar mayor. gloria a Dios, y por eso porcuraré seguir escribiendo. En este punto, no hay que tener consideraciones con don Bosco ni con nadie. Veo que la vida de don Bosco está del todo entretejida con la de la Congregación; y, por tanto, hablemos de ella. Es preciso que se conozcan muchas cosas para mayor gloria de Dios, salvación de las almas y mayor incremento de la Congregación; porque, digámoslo ahora aquí entre nosotros, las demás Congregaciones y Ordenes religiosas tuvieron en sus comienzos alguna inspiración, alguna visión, algún hecho sobrenatural, que dio empuje a la fundación y aseguró su establecimiento; pero, en la mayoría de los casos, la cosa no pasó de uno o pocos de estos hechos. En cambio entre nosotros, las cosas proceden muy diversamente. Puede decirse que no hay nada que no se haya conocido de antemano. La Congregación no dio ni un paso que no fuera aconsejado por un hecho sobrenatural; no hubo cambio, mejora o ampliación que no fuera precedida por una orden del Señor. Por eso creo que aquí hay que dejar al hombre. >>Qué me importa, pues, que se hable bien o mal de todo esto? >>Qué más me da que los hombres me juzguen ((**It12.70**)) de una u otra manera? Que digan o que hablen, monta poco para mí; no seré más ni menos de lo que soy a los ojos de Dios. Pero es necesario que las obras de Dios se manifiesten. Nosotros, por ejemplo, habríamos podido escribir todo lo que nos sucedió antes de que sucediera y escribirlo detalladamente y con exactitud. Y algunas cosas ya las había escrito para ni norma y consuelo. Tercer día. Don Miguel Rúa presidió la sesión de la mañana. Se reanudó la discusión sobre las notas aclaratorias del Reglamento. Destacamos seis cosas más, dignas de mención. 1.¦ La merienda de los clérigos. >>Convenía dejar a los clérigos libertad para merendar, o era preferible que se abstuviesen de ello? Se opinó que don Bosco se inclinaba al no, aunque nunca se había pronunciado explícitamente. Había dicho, en una conferencia a los novicios, al recomendarles no comer ni beber fuera de las comidas: -Si las ganas de comer os lo piden, podéis merendar libremente, pero... El Capítulo dejó la cuestión en el aire, aunque observando que no había necesidad, pues la comida que se daba al mediodía era suficiente,(**Es12.68**))
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