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((**Es12.388**) virtud o lograr que ésta penetre en el corazón de nadie. Todo celo es poco, sí; búsquense todas las maneras para hacer el bien, sí; pero siempre con calma, con dulzura, con paciencia. Dirá uno: -íEso está muy bien dicho!, pero cuesta no irritarse, cuando se ve... ->>Que cuesta? Ya lo sé yo que cuesta; pero, >>sabéis de dónde procede la palabra paciencia? De patior, pateris, passus sum, pati, que significa padecer, aguantar, sufrir, hacernos violencia. Si no costase trabajo, ya no sería paciencia. Precisamente porque cuesta mucho trabajo, es por lo que yo la recomiendo tanto, y el Señor la inculca con tanta insistencia en la Sagrada Escritura. Yo también noto que cuesta. Y no creáis que es la mayor diversión del mundo estar toda la mañana clavado para dar audiencia o sentado al escritorio toda la tarde para despachar toda suerte de asuntos, contestar cartas o cosas parecidas. Os aseguro que muchas veces saldría muy gustoso a respirar un poco y que tal vez lo necesitaría; pero es preciso tomar por las buenas santa paciencia. Si no se hiciera así, no se podrían resolver muchos negocios, quedaría mucho bien por hacerse, estarían empantanados asuntos de gran importancia; por esto, paciencia. -Por más que usted diga, exclamará alguno, por más que usted diga: paciencia, paciencia, ya está bien; pero es que... No creáis que no me cueste a mí también, después de haber encargado a uno un asunto o después de haberle dado un encargo importante, delicado o urgente, y no encontrarlo hecho a su debido tiempo o encontrarlo mal hecho; no creáis que no me cueste a mí también mantenerme en calma; os aseguro que algunas veces me hierve la sangre en las venas y que la desazón domina todos los sentidos 1. Pero, >>qué?... >>Impacientarnos?... No se consigue que se hagan las cosas y tampoco se corrige el ((**It12.457**)) súbdito con la furia. Avísese con calma, dense las normas oportunas, exhórtese, y también, cuando pide el caso que se levante un poco la voz, hágase; pero piénsese un instante: >>cómo se comportaría san Francisco de Sales en este caso? Puedo aseguraros que, si lo hacemos así, se obtendrá lo que dice el Espíritu Santo: In patientia vestra possidebitis animas vestras. >>Y qué más? Además se necesita también la paciencia, que es constancia y perseverancia en cumplir siempre nuestras Reglas. Llegará un día en que uno se encuentra rendido, aburrido, o, digámoslo también, no tiene ganas de hacer la meditación, de rezar el rosario, de acercarse a los sacramentos, de continuar en aquella pesada asistencia. Y ahí está realmente el caso de pedir la paciencia, con constancia y con perseverancia, al Señor y a la Virgen María. Fijaos en el hortelano: cuánto cuidado pone para cultivar una plantita; diríase que es un trabajo inútil; pero él sabe que aquella plantita llegará a producirle mucho con el tiempo, y por eso no repara en fatigas, y empieza a trabajar y sudar para preparar el terreno, y aquí ahonda, allá azadona, después abona, arranca hierbajos y luego planta o siembra. Y después, como si todo fuera poco, ícuántos cuidados y atenciones para que no se pisotee el lugar donde se sembró, que no vayan aves y gallinas a comerse la semilla! Cuando la ve nacer, la mira complacido: -íYa brota, ya tiene dos hojas, tres...! 1 Esta confesión, que nos recuerda las palabras de san Francisco de Sales sobre su tempetamento colérico, y los veinte años de esfuerzos para dominarlo, es preciosísima para valorar la calma habitual del Siervo de Dios, aun en tiempos y ocasiones en que parece imposible mantener la serenidad. (**Es12.388**))
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