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((**Es12.368**)((**It12.432**)) CAPITULO XV SALESIANOS DIFUNTOS DURANTE EL AÑO 1876 NO creemos salir de nuestro cometido si hablamos en estas Memorias de los salesianos difuntos durante el año 1876. En efecto, quién más, quién menos, todos ellos vivieron en relación con don Bosco, de suerte que no es posible hablar de ninguno de ellos sin encontrarse con el Siervo de Dios. Además, los datos que hemos podido acumular de su vida nos proporcionan un precioso material para formarnos un juicio exacto del espíritu, que entonces reinaba entre los miembros de la Congregación y que en buena parte era el espíritu de don Bosco, pues no hay que olvidar que en aquel tiempo don Bosco no había cedido todavía su capa a ningún Eliseo. Se ha visto, además, suficientemente en las páginas anteriores que él seguía siendo en su creciente familia el gran animador, y que todos recibían su inspiración o impulso directa o indirectamente. Estas son las razones por las que no nos parece tiempo perdido detenernos un ratito hablando de tres clérigos y dos sacerdotes salesianos, llamados por Dios a la eternidad aquel año. Los tres clérigos procedían de nuestros colegios, donde habían terminado sus cinco cursos de bachillerato. El primero, Santiago Piacentino, natural de Rochetta T…naro, hizo los estudios en Lanzo donde tomó la sotana en 1870, a los dieciocho años de edad. En aquellos primeros tiempos don Bosco tomaba clérigos ya maduros y capacitados, para enviarlos poco después de la imposición de sotana ((**It12.433**)) a las casas, y los ponía al cuidado de los Directores locales, para que, al mismo tiempo que los ocupaban en algo, los ayudasen a hacer el noviciado y los estudios. Pero él no los perdía de vista, sino que actuaba de modo que se sintiesen siempre bajo su saludable influjo. Así Piacentino fue enviado casi enseguida a Borgo, como asistente, el primer año, y el segundo como maestro de la tercera clase elemental; después, fue enviado al Oratorio, donde permaneció hasta el último de sus días como asistente de los aprendices. A su ingeniosa actividad se debió que en 1876 los aprendices estuviesen en condiciones de rivalizar con (**Es12.368**))
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