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((**Es12.344**) -En la construcción del templo de María Auxiliadora no hubo ninguna desgracia. Fue un verdadero milagro. Don Angel Savio, andando por los andamios a la altura de la cúpula, puso el pie sobre una tabla, que cedió al peso como una palanca; pero pudo agarrarse a un madero y no cayó. -Dos veces se desplomaron las contrapesas del reloj de la iglesia pequeña, rompieron un peldaño, pero no hicieron mal a nadie. ->>Pues, y el fuego? Se encendió la habitación del segundo piso junto a la de don Bosco, y don Juan Cagliero logró apagarlo. Ardió el jergón de Menzio durante unas horas sin hacer llama; ésta se levantó cuando entró alguien y la apagaron en un santiamén. >>Y cuando los muchachos preparaban el café dentro del baúl en el dormitorio? Al aparecer el asistente, para que no los pillara en flagrante, bajaron la tapa y salieron del dormitorio, ídejando allí dentro el alcohol encendido! íY no hubo nunca un incendio! ->>Pues y este año, cuando hubo que apagar el incendio de la fábrica Tensi? íLos cántaros del agua caían abajo desde el tejado sin hacer daño a ninguno, a pesar de que, precisamente allí abajo, estaba el patio atestado de jóvenes...! ->>Y los muchachos que se caen continuamente y no se lastiman? Uno dio con la cabeza contra una columna con tal ímpetu, que de rebote fue lanzado tres pasos atrás y parecía muerto. Tenía partida la frente; y, sin embargo, a los tres días estaba jugando tranquilo con los otros. Dos se encuentran y chocan con tanta violencia que los dos caen de espalda en sentido opuesto; el adversario de la partida corre para declararlos prisioneros, pero ellos se levantan y se escapan como si tal cosa. Uno, con la pierna rota en dos sitios, corre todavía un trecho para no dejarse atrapar, hasta que cae rendido. Le atienden, se pone bueno y íhelo de nuevo dirigiendo las partidas de recreo! Es realmente un espectáculo poético. ((**It12.403**)) -Y además está la curación de don Bosco en Varazze. Cuando regresó al Oratorio estabais todos vosotros conmovidos; pero él decía a don Miguel Rúa y a don Juan Bonetti que tenía hambre y que le dieran de comer. Y cuando fue a hablar a los muchachos, al oír su débil voz y algo fatigada, ninguno en aquel momento se atrevía a fijar sus ojos en don Bosco porque todos los tenían llenos de lágrimas. ->>Y la explosión del polvorín? >>Y las dos veces que se desencadenó el cólera en Turín y no causó ninguna víctima en el Oratorio, a pesar de que los sacerdotes y los clérigos participaron de lleno en la asistencia a los apestados? >>Y las muchas emboscadas contra la vida de don Bosco? (**Es12.344**))
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