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((**Es12.292**) se creyó autorizado para conferenciar con don Bosco sobre el tema; así que volvió a Sartirana, donde probablemente lo llamaban deberes urgentes y se dio prisa por encontrarse con el Siervo de Dios. Lo encontró en Borgo San Martino: allí pudo conversar libremente con él y le expuso lo que había oído a su Excelencia. Don Bosco se mostró muy dolido y le dijo: <<->>Es posible que surjan semejantes dudas entre personas que únicamente buscan la gloria de Dios? íYo no, yo no haré jamás nada por la diócesis de Turín y por mi Arzobispo que pueda molestar y mucho menos disgustar a mi Arzobispo! Sólo ruego a usted observe que, siendo Superior de una Congregación definitivamente aprobada, que adquiere cada día mayor desarrollo, también yo debo industriar,e para consolidarla y guardar la autonomía indispensable para existir como todas las Congregaciones religiosas. íAh, querido padre Belasio!, si fuera posible, o si usted lograse de algún modo obtener el perfecto acuerdo con mi Arzobispo, a quien sabe cuánto quiero..., como lo estoy con los otros Obispos, bendeciría al Señor por siempre>>. El teólogo Belasio informó al punto a monseñor Gastaldi de su visita a don Bosco y de todo lo dicho y oído. Pero la respuesta del Arzobispo no fue la que se hubiera deseado 1. Se acercaban mientras tanto dos solemnidades de gran importancia para el Oratorio: la fiesta de san Luis Gonzaga y la del día onomástico de don Bosco. No nos detendremos en describir los preparativos, que poco más o menos son siempre los mismos; pero no queremos omitir algunas cosillas que, si en la gran historia podrían ser consideradas ((**It12.340**)) como superfluidades insignificantes o fuera de lugar, sin embargo encuentran lugar muy oportuno en estas Memorias, cuyo objeto principal es hacer revivir al Padre tal y como fue en medio de sus hijos. Los Superiores del Oratorio habían determinado en cierto modo que la fiesta de san Luis se trasladara al día 25 del mes, pero don Bosco se opuso a ello por una razón, que le salía de muy adentro. El 24 era san Juan, fiesta solemne y de precepto en Turín; si se celebraba la de san Luis al día siguiente, hubiera faltado comodidad para las confesiones en la víspera: -<> 2. Hubo entonces quien propuso el día de san Pedro. -<(**Es12.292**))
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