Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es12.283**) El noble joven, tan trágicamente desaparecido, era el condesito Manuel Callori, cuyo nombre aparece tantas veces en la correspondencia del Beato con su piadosísima madre la condesa. Don Bosco, que le administró los últimos sacramentos y encomendó su alma, cerró sus ojos 1. El hermano sobreviviente es el conde Raniero, por entonces algo delicado, pero que vive todavía y goza de buena salud en su campante vejez, padre de numerosa y selecta prole. Entre don Bosco y la familia Callori se estableció, después de aquella pérdida dolorosa, el pacto de un aniversario perpetuo con determinado servicio religioso a celebrar en la iglesia de María Auxiliadora 2. Los estudiantes debieron portarse muy bien durante los ejercicios, pues sabemos que don Bosco quedó contentísimo de ellos. Lo que más le interesaba en esta ocasión solía ser el asunto de la vocación, como hemos podido apreciar en el comienzo de sus <> del 11 de junio. Además puede decirse que este tema estaba habitualmente a la orden del día en el Oratorio. Por eso don Julio Barberis, que daba la clase de religión en el bachillerato superior, ya lo había tocado en la última lección, dejando a los alumnos estos dos recuerdos para los ejercicios: ((**It12.329**)) 1.° No terminarlos sin decidir la propia vocación; dejarlo para más tarde sería una lástima y causa de disgustos y tormentos para toda la vida. 2.° Que era una locura ir a consultar sobre esto a confesores distintos al de costumbre, que era don Bosco, el cual ya los conocía y tenía luces especialísimas del Señor; y, por tanto, que se presentaran todos a él, del primero al último. íQué tiempos aquellos! El resultado fue que hasta cuarenta alumnos del cuarto y quinto curso se inscribieron entonces resueltamente en la Pía Sociedad; una docena de ellos se quedó dudando entre el sí y el no, unos por motivos de familia, otros por el deseo de oír todavía 1 El 11 de junio, octava de Pentecostés, era el último día del tiempo pascual. Este detalle y la asistencia del Beato, junto con otras circunstancias, nos inducen a formular la hipótesis de que don Bosco anunciase precisamente esta muerte en el sueño que contó la noche del 23 de enero. No nos consta que haya asistido a otros jóvenes durante el tiempo pascual, ni que en aquel lapso de tiempo hayan muerto alumnos del Oratorio. En este supuesto, la fecha de 26 de mayo, que el guía le enseñó en el calendario, sin referencia alguna precisa, podría indicar el día de la fatal caída, que causó la muerte. En efecto, monseñor Federico Callori, prelado en la corte pontifícia e hijo del conde Raniero, que no sabía nada de esta fecha, nos escribió dándonos como cosa cierta que el joven sobrevivió unos quince días. Pero hasta ahora no nos ha sido posible descubrir a través de documentos en qué día exacto cayó. Tal vez otro tenga más suerte que nosotros. Con esta esperanza hemos creído oportuno expresar aquí nuestra duda, en la que nos confirma la circunstancia de que el difunto del sueño no se encontraba en el Oratorio. 2 Véase, Apéndice, doc. 31. (**Es12.283**))
<Anterior: 12. 282><Siguiente: 12. 284>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com