Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es12.281**) director su artículo escribiendo graciosamente: <>. En efecto, no es difícil imaginar a cuántos correspondía el mérito de la gloriosa empresa. De vuelta a la marcha de la vida ordinaria, que también hoy se efectúa en el Oratorio con la máxima prontitud y naturalidad, después de pasajeras distracciones, diose comienzo a los ejercicios espirituales. A pesar de la deliberación tomada de no prorrogarlos hasta el último período del curso escolar, hubo que hacer de necesidad virtud, atendida la larga ausencia de don Bosco, que, como es natural, quería estar presente. Afortunadamente el tiempo fue favorable: se mantuvo fresco y lluvioso y ayudó no poco a los esfuerzos de los Superiores y a la buena voluntad de los muchachos. En una semana, del 11 al 18 de junio, quedó todo despachado, lo mismo para los estudiantes que para los aprendices. Predicó a ((**It12.326**)) unos y otros cuatro sermones al día el teólogo Belasio, misionero apostólico, muy famoso entonces por la originalidad de su predicación, que producía efectos sorprendentes en las poblaciones rurales y con los jóvenes. En las dos tandas dio unas atrayentes pláticas sobre la santa misa, siguiendo paso a paso al celebrante en el altar. Entre sermón y sermón, oía confesiones; iba directamente del púlpito al confesonario de la iglesia pequeña, donde se hacían los ejercicios. Todos los salesianos que lo conocieron fueron testigos de su extraordianrio afecto a don Bosco. Don Julio Barberis escribe en la crónica: <<íQué excelente persona! Tuve oportunidad de conocerle muy de cerca. íCuánto quiere a don Bosco! Está totalmente ligado a él como un hijo con su padre. Está la mar de satisfecho porque don Bosco le ha inscrito entre los primeros Cooperadores Salesianos, nueva obra que surge ahora y de la que don Bosco tiene inmensas esperanzas>>. Después de las oraciones de la noche del día 11 el Siervo de Dios habló así a los estudiantes: Me alegro con vosotros y os saludo a todos en el Señor. Ya han comenzado los ejercicios espirituales esta tarde. Queríais que los predicase el teólogo Belasio y aquí le tenéis entre vosotros. Se os ha hecho caso. No olvidéis que es una gran dicha poder hacer los ejercicios, porque en ellos puede ganarse el paraíso. Deseo que una buena parte de vosotros haga estos sagrados ejercicios pensando cn la elección del estado en que cada uno debe vivir. Algunos de vosotros ya están en los cursos superiores, próximos a terminar el bachillerato, y por consiguiente, piensen seriamente en su vocación. Otros deberían hacer todavía un año más para terminar el bachillerato, pero piensan saltar el quinto curso; también éstos deben examinarse sobre el estado al que el Señor los llama. Pedid encarecidamente al Señor esta gracia, porque El os la concederá. Dejo el resto al teólogo Belasio, que os dirigirá y enseñará la manera de conocer cuál es vuestra vocación y os aconsejará (**Es12.281**))
<Anterior: 12. 280><Siguiente: 12. 282>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com