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((**Es12.196**) contra ellos, y muchos, víctimas de la violencia, se ven obligados a desistir de la obra comenzada, y a huir del campo donde habían llevado adelante sus trabajos! Lo mismo sucede con otras órdenes religiosas. Nosotros, por el contrario, vamos creciendo y en todas partes son deseados y llamados los salesianos. Es algo que asombra; no se nos opone ningún obstáculo, ninguna dificultad. El Señor quiere evidentemente confundirnos con sus dones. Repito que es algo que nos deja atónitos. Es, a no dudarlo, el Señor quien nos quiere bendecir. El mismo quiere animarnos y enseñarnos el camino, y nosotros tenemos que buscar cómo darle las gracias y corresponder dignamente a los muchos favores que se dignó concedernos. Hablando yo con el Papa sobre Patagonia, le dije cómo se podría intentar acordonar Patagonia con una serie de colegios y separarla del resto de América e internar en ellas a muchos hijos de los salvajes, los cuales, llegados a sacerdotes, podrían ir a convertir a sus padres, hermanos y amigos. Después le di informes más detallados de nuestra misión y en particular: 1.° cómo en nuestro colegio de San Nicolás ya se han aceptado jovencitos de familias salvajes, algunos de los cuales manifiestan una vocación decidida al estado eclesiástico; 2.° cómo ya se está construyendo y preparando una casa en la última ciudad de la República, cerca de los confines de los patagones, exactamente en territorio de los salvajes 1. El Padre Santo manifestó una extraordinaria alegría al oír estas noticias, y, alzando las manos al cielo, exclamó: -íBendito sea Dios! De este modo Patagonia evangelizará a Patagonia. Así se podrá olvidar el inconveniente de enviar misioneros a lugares de lengua, usos y costumbres completamente diferentes. Tan pronto como se disponga de algunos sacerdotes de las familias de los salvajes, creo que la conversión de Patagonia estará asegurada. Os he mencionado estas cosas sólo brevísimamente, omitiendo muchísimas más. Aunque no os contara más que las principales, cada uno de los puntos que he tocado necesitaría horas y horas de conversación, que ahora no puedo hacer. Pero, antes de dejaros esta noche, tengo todavía que deciros dos palabras importantes. Nos protege el Padre Santo; todos nos aprecian; se nos colma de gracias y favores, de privilegios de toda clase. Que esto sea también para nuestra gloria; pero tened en cuenta que el Señor se servirá de nosotros mientras correspondamos a su querer y seamos merecedores de su favor. ((**It12.224**)) En este momento tengo que animaros mucho, muy mucho, a ser verdaderos salesianos. Debemos dar frutos de toda virtud, adornando con ellas nuestro corazón. Por consiguiente, lo más importante que todos debemos hacer es estar siempre unidos con los vínculos de la perfecta obediencia. Sí, queridos hijos, obedeced; y esta obediencia no sea sólo para las cosas que día tras día nos mandan los Superiores, sino obediencia a todas las reglas y una obediencia pronta, espontánea, non coacte, sed sponte, y alegre. No hacer nunca nada contra ella. No suceda nunca que alguno de nosotros obedezca, como dice el Apóstol, de modo que tengan que llorar los que deben mandar. Deseo, pues, que todos los salesianos sean obedientes por amor a Nuestro Señor Jesucristo. Una cosa más, y quisiera que se prestara a ella especial atención. Lo que debe distinguirnos de los demás, y ser el carácter de nuestra Congregación es la virtud de 1 La palabra <> aquí y en otros lugares debe entenderse cum granulo salis, con su grano de sal, es decir, con prudencia y reflexión. No todos los aborígenes, ni siquiera la mayor parte de ellos, vivían en estado salvaje o eran todavía infieles en Patagonia. Esto explica cómo tan pronto se encontraron hijos de los patagones que daban esperanzas de llegar al sacerdocio. (**Es12.196**))
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