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((**Es12.183**) una tanda de ejercicios espirituales con cinco pláticas diarias, a tres de las cuales era obligatorio asistir: los aprendices a las cinco y media de la mañana, a las doce y media y a las ocho de la tarde; los estudiantes a una de éstas, más dos dedicadas exclusivamente para ellos a las nueve y media de la mañana y ((**It12.207**)) a las cuatro de la tarde. El domingo de Pascua se terminaron con la representación del interesante drama Cristóbal Colón, original de Lemoyne. Este trabajo extraordinario no dispensaba a los sacerdotes del Oratorio de sus ocupaciones ordinarias. ->>No pone don Bosco demasiada carne al asador?, preguntó un día la marquesa Fassati a don Julio Barberis. Entresacamos parte de la respuesta que éste le dio, según su crónica del 2 de abril: <>por qué dejar de hacer ese poco, con la excusa de que no se podrá llegar a la zeta?>> Era norma de don Bosco que, cuando no se podía llegar al todo, se hiciera al menos lo poco factible; y por eso no aprobaba la conducta de aquellos buenos, que decían: o todo o nada. Por este motivo le apenaba, y mucho, ver que magistrados y oficiales católicos franceses renunciaban al cargo, ante las aberraciones anticlericales de la tercera república; él hubiera querido que no abandonasen el puesto, aunque no fuera más que para aminorar el mal, impidiendo que todo pasara a manos de los sectarios. ((**It12.208**)) Permítannos los lectores seguir citando nuestra crónica. Ciertas divagaciones de don Julio Barberis traspasan los limites de la crónica, pero nos introducen en la realidad de la vida. Sigue diciendo: (**Es12.183**))
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