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((**Es11.63**) Defraudaríamos a los lectores y quedaría mutilada la historia si no reprodujéramos la vehemente <>. Ilmo. y Rvmo. Señor: El señor Arzobispo me encarga que haga presente a Vuestra Señoría el disgusto que ha experimentado al leer en la Unidad Católica del 18 del mes corriente, n.° 216, un artículo sobre la Obra de María Auxiliadora, escrito sin él saber nada de ello. En el referido artículo se publica un breve Pontificio del que no ha recibido todavía el Arzobispo de Turín copia auténtica, como es obligación. Se habla de una asociación de fieles canónicamente establecida, de cuya institución canónica no tiene noticia alguna el Arzobispo de Turín. Se publican indulgencias que ignora por completo dicho Arzobispo, faltando a lo prescrito por el Concilio de Trento; en total, que se desconoce el orden jerárquico de la Iglesia, se lesionan las prerrogativas y las incumbencias que la autoridad arzobispal tiene por derecho divino y eclesiástico. Después, desde este mismo despacho, ya se protestó de ello al reverendo don Bosco por haber hecho dichas publicaciones en su tipografía sin el Visto Bueno de la Autoridad Arzobispal y por tal motivo se había recomendado a V. S. que no repitiera tales publicaciones en su periódico; pero de nada sirvieron protestas y recomendaciones. No es ésta la primera vez, sino la tercera y aun la cuarta que la Unidad Católica se vale de la libertad que se le ha dado y de la confianza que en ella ha depositado el actual Arzobispo, para hacer publicaciones tan poco conformes a la reverencia debida por todos a la autoridad arzobispal de la diócesis y especialmente por los periodistas, que se precian en verdad de ser católicos. No basta hacer el bien; hay que hacerlo bien. Bonum ex integra causa, malum ex quocumque defectu. Espera el señor Arzobispo que la Unidad Católica no volverá a darle motivos de queja en lo porvenir; y por tanto que no publicará el programa que promete dar a conocer al final de su artículo, hasta tanto que el propio señor Arzobispo le notifique que, como continuación a las informaciones que don Bosco tiene obligación de presentar sobre esta materia, queda todo arreglado. ((**It11.66**)) Me encarga Monseñor le presente sus saludos y le felicite por el artículo La Cruz de espinas que aparece en el número citado. Con toda mi consideración, me declaro De V. S. Ilma. Turín, 17-9-1876. Su seguro servidor T. Can. CHIUSO, Secretario Todas las aprensiones, exigencias y quejas del Ordinario, respecto a las cosas de don Bosco, provenían en gran parte de no haber reconocido aún el legítimo privilegio de la exención, al que reverentemente hacía alusión el Obispo de Susa, como ya hemos referido. Es cierto que la Obra existía en Turín, sólo de hecho, mientras que en el breve se daba ya por canónicamente instituida, según la fórmula habitual,(**Es11.63**))
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