Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es11.504**) 34 MONSEÑOR SALVATI A DON BOSCO Rvmo. Señor: Su venerada carta del 17 de los corrientes me llegó estando yo fuera de Roma, precisamente en Montefalco, a donde había ido para el examen apostólico y nuevo amortajamiento del Sagrado Cuerpo, soprendentemente conservado, de la Beata Clara de la Cruz. Cinco días duró la devota, emocionante, solemne y también laboriosa función. De vuelta ya en Roma, creo es mi deber expresarle los sentimientos del gran aprecio que tengo a su dignísima persona y de mi agradecimiento por su noble y delicada atención al escribirme, cuando yo no he hecho más que cumplir sencillamente mi deber. Respecto a la cuestión, me atengo a las observaciones ya expuestas ((**It11.599**)) después del examen de los hechos y los razonamientos de una y otra parte, conforme se deducían de los documentos. La parte más interesante me ha parecido aquella de carácter práctico, por donde sea posible trazar algún camino para hacer desaparecer las enojosas divergencias. Y me alegra el saber que según V. S., la cuestión carece de fundamento. No es la primera vez que el demonio suscita una gran mole de obstáculos, sin fundamento, contra las más hermosas obras de Dios. Y, conocido el engaño, resulta mucho más fácil evitarlo y, con la prudencia que tanto distingue a V. S., conseguir una victoria completa. El Emmo. Cardenal Bartolini está ahora en Tívoli, huyendo de los excesivos calores de Roma. Cuando pueda verle conoceré las aclaraciones que V. S. le ha enviado sobre el particular. Entre tanto, hemos de procurar que el eximio Arzobispo de Turín no tenga que resentirse de nuestra actuación. El pide que los conocidos opúsculos no salgan a la luz sin su nihil obstat, y esto es justo. La unión afectuosa con él es necesaria bajo todo punto de vista para la subsistencia y fecundidad de las valiosas instituciones salesianas. Por tanto, se ha de conseguir a toda costa; y ella será ciertamente una de las gracias más excelentes que la excelsa Virgen Auxiliadora no dejará de conceder generosamente a V. S. En cuanto a lo de ir a Turín, acepto muy agradecido su cordial ofrecimiento y lo aprovecharé apenas se presente ocasión oportuna. Tendré entonces la satisfacción y el honor de conocer personalmente a V. S. Visitaré, además, al ilustre Arzobispo, a quien sólo pude ver una vez aquí en Roma en presencia de Su Santidad Pío IX. Me encomiendo fervorosamente cada día a sus oraciones. Le repito mi afectuoso agradecimiento y, siempre dispuesto a servirle en lo poco que yo puedo, tengo el gusto de profesarme, De V. S. Rvma. Roma, 26 de agosto de 1880. Su seguro servidor LORENZO SALVATI (**Es11.504**))
<Anterior: 11. 503><Siguiente: 11. 505>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com