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((**Es11.394**) hace confesiones y fervorosas comuniones, como si fueran las últimas de su vida, cuando realmente se encuentre en el lecho de la agonía, no experimentará ninguna dificultad para morir bien; ya está ejercitado, no tendrá nada que turbe su conciencia; sólo tendrá que examinarse de lo que le haya sucedido en aquel último mes o en las últimas semanas, y nada más. Este tal morirá contento con la firme esperanza de ir enseguida al paraíso. Por el contrario, íqué desazón, qué tribulación la de la muerte, para quien no se ha preparado a bien morir! Yo he estado junto al lecho de muchos enfermos y moribundos; y os he de decir que es un espectáculo terrible ver al enfermo en esta circunstancia con las cosas del alma enredadas. Muchas veces quisiera hablar y confesarse, pero ya no puede; otras veces no tiene la comodidad de que esté un sacerdote junto a su cama; otras hay parientes o amigos que no quieren alejarse de su lecho para impedir que se presente un sacerdote, que pudiera venir y mientras tanto le cansan preguntándole por el testamento, por la herencia, por la disposición de sus cosas; y el pobre enfermo, atormentado además por los remordimientos de conciencia, muere víctima de su afán y su disgusto más que de la misma enfermedad. Vosotros disponéis del tiempo necesario; preparaos bien, poned ((**It11.465**)) en orden vuestra conciencia y aun las cosas materiales; pero especialmente, por amor de Dios, deshaced todos los enredos de conciencia y no los dejéis para aquellos momentos. Si tenéis alguna duda sobre vuestras confesiones pasadas, si tenéis cualquier remordimiento, aunque haga muchos años, hablad de esta circunstancia. Haced todos de manera que, si el jueves por la tarde tuvierais que partir también para el otro mundo, pudierais decir con tranquilidad de espíritu: -Aquí me tenéis, Señor; estoy dispuesto; llamadme, si os place, que ya tengo todo preparado: lo espiritual y lo temporal. Ecce venio. El Siervo de Dios había enviado una invitación especial para la ceremonia a los principales bienhechores y conocidos, con el horario del día, en el cual quiso que apareciera, en primer lugar: <>. Los muchachos lo hicieron con verdadero fervor. íYa se navegaba a velas desplegadas! (**Es11.394**))
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