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((**Es11.375**) celestiales bendiciones durante largos años de vida feliz, mientras, en nombre de todos, me cabe el honor de poderme profesar, Por la Dirección y Colaboradores Seguro servidor JUAN BOSCO, Pbro. El importe de la suscripción anual no podía ser más reducido: por dos liras y veinticinco céntimos al año se recibían doce fascículos con ((**It11.442**)) ciento ocho páginas, más el regalo de un almanaque para el nuevo año, el famoso Galantuomo (El Hombre de Bien), que fue el primer almanaque católico que se publicó en Europa. Don Bosco emprendió su publicación en oposición a un almanaque de los Valdenses. El de 1875 era un volumen de noventa y seis páginas, veinte para calendario y el resto lleno de sustanciosos temas. No se crea que era un revoltillo de amenidades y entretenimientos diversos; en él se descubre una idea seria, que se insinúa a través de una razonable variedad de asuntos. Del principio al fin aletea en él el espíritu del Beato, cuyo estilo genuino y el roce de su pluma se advierten. Por esto queremos tomarlo en consideración. Su plan era reunir <>, cuyo centenario coincidía con el año en curso; eso queda anunciado en un sencillo dialoguito entre el <> y un suscriptor, en el cual se dicen lindas verdades. A continuación se abre la parte instructiva con un episodio sobre el poder de la confesión, apoyado en una muy conocida cita de Silvio Péllico; sigue a éste otra anécdota sobre la eficacia del sacramento, con el título <>. Después se sabe que el buen sacerdote era san Pablo de la Cruz, con el cual empieza la lista de los centenarios. Los seis primeros son éstos. El centenario de la muerte de San Pablo de la Cruz, con unos rasgos biográficos en tres paginitas que rebosaban suave unción. El centenario de la elección al Pontificado de Pío VI, con una referencia edificante sobre la conclusión del cónclave, la apertura de la Puerta Santa para el jubileo y las virtudes del Pontífice. El segundo centenario de la primera consagración al Sagrado Corazón de Jesús, que hizo de sí mismo el beato Claudio de la ColombiŠre, con una amplia relación del origen y carácter de este culto, sacado de la autobiografía de Santa María Alacoque: son doce páginas de lectura deliciosa. El tercer centenario de la traslación de los restos (**Es11.375**))
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