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((**Es11.321**) sacar los asientos fuera del presbiterio y se colocaron precisamente frente al púlpito. El sermón duró una hora y tres cuartos. Y con todo, cosa increíble, pero verdadera, afirman algunos del pueblo que, cuando terminó, la gente decía que había sido muy corto. Al principio, sin embargo, debió esforzarse mucho para dominar con su argentina voz el murmullo de la multitud en el amplio templo. ((**It11.376**)) Por la mañana del lunes visitó, en el pueblo cercano de Mezzana Bigli, a la piadosa familia del señor Villa, agente de la Casa Confalonieri. El año 1906 fue a predicar la cuaresma en Sannazzaro el salesiano don Abundio Anzini y todavía recordaban al Siervo de Dios. Volvieron los nuevos sacerdotes a Turín y se pusieron a ultimar los preparativos para la partida de los misioneros. Aunque el tiempo apremiaba, quiso don Bosco darles la satisfacción de recibir la bendición del Vicario de Jesucristo. Fueron a Roma el 29 de octubre, acompañados también por el comendador Gazzolo. El 31 fueron recibidos por el cardenal Antonelli, que les demostró una bondad exquisita y les dirigió palabras de suma benevolencia. El día de la fiesta de Todos los Santos, tuvieron el honor de ser recibidos por el Padre Santo en audiencia especial. Su Santidad tuvo la deferencia de recibir antes al comendador Gazzolo y a don Juan Cagliero, el cual manifestó el vivo agradecimiento de los Salesianos por los muchos beneficios concedidos por el Papa a la naciente Congregación y le aseguró que todos los hijos de don Bosco nutrían una gran veneración y afecto a su augusta persona. El Papa le escuchó muy complacido y, después de concederle los favores y gracias que había pedido, apresuró el paso hacia la sala, donde le esperaba el grupo de salesianos, mostrando cierta impaciencia por verlos. Apenas entró les dijo con inefable amabilidad: -Aquí tenéis a este pobre viejo, >>dónde están mis pequeños misioneros?... Vosotros sois los hijos de don Bosco que vais a predicar el evangelio a tierras lejanas, muy bien. >>Y a dónde vais? -A la República Argentina. -Allí tendréis vasto campo para hacer mucho bien. Abrigo la confianza de que seréis muy bien recibidos porque las Autoridades son buenas. Vosotros seréis la buena simiente, o mejor, ya lo sois, pues os han elegido los superiores para esta misión. Esparciréis, pues, en medio de aquellos pueblos vuestras virtudes y haréis mucho bien. Deseo que os multipliquéis, porque es mucha la necesidad y es abundantísima la mies en medio de las tribus salvajes. (**Es11.321**))
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