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((**Es11.320**) Los ordenandos fueron invitados a reunirse en una finca del seminario de Vigévano, cerca de Cava Manara, para hacer allí sus ejercicios espirituales. La sagrada ordenación debía celebrarse en la parroquia de Sannazzaro de los Burgundos 1 y en la fiesta de Nuestra Señora del Rosario. El Obispo había anunciado su visita pastoral para aquella fecha. Reinaba en la parroquia cierto malhumor contra el párroco y ésa era la causa por la que el Obispo deseaba la presencia de don Bosco. Allí se trasladó monseñor De Gaudenzi, desde Vigévano, acompañado de tres canónigos. Aquella misma tarde llegaron los ordenandos. En el tren de las ocho se presentó también don Bosco, procedente de Turín, y fue recibido en la estación por sus hijos y algunos sacerdotes del clero local. Herminio Borio recuerda que la gente, que no conocía a don Bosco, miraba con visible admiración con cuánto afecto y reverencia era recibido por los suyos. ((**It11.375**)) Lo acompañaron durante el relativo largo trayecto hasta la casa parroquial. El primero en aparecer a la puerta fue el padre del párroco, que le dio la bienvenida y se ofreció generosamente para cuanto necesitara. El Beato, sonriendo, le dijo: -Muy bien, muy bien; pero no me dais lo que me hace falta. -Pues sí, don Bosco, no tiene más que decirlo y será servido. -No, no; lo que yo necesito no me lo dais. Yo necesito... ídinero! El buen hombre, casi mortificado, se quedó sin palabra. Cuando el Obispo supo que don Bosco había llegado, salió de la iglesia donde estaba confesando. Se encontró con él en el patio de la casa parroquial, le abrazó cordialmente y le dijo en tono de broma: -Ahora, si quiere ganarse la cena, venga a ayudarme a confesar. -Con mucho gusto, respondió el Beato. Le acompañaron hasta el único confesonario que quedaba libre, en el lugar más incómodo de la iglesia. Confesó largo rato, hasta que le llamaron para acompañarle a cenar en la casa rectoral. Al día siguiente volvió al confesonario, donde estuvo aún durante la ordenación, salvo el momento solemne en que también él acudió para la imposición de manos. Más tarde, mientras el Obispo administraba la confirmación, él bendecía a los enfermos en la casa parroquial y, como se lo pidieran, fue también a bendecir a otros enfermos en sus casas. Por la tarde, después de la procesión, habló a un público numerosísimo; el obispo y los canónigos, para oírle mejor, hicieron 1 Burgundos. Eran los burgundos o burgundios una poderosa tribu germana, que penetró en las Galias a comienzos del siglo V y se afincó en el valle del Ródano. Fundaron allí un reino que, hacia el año 534, fue dominado por los francos e incorporado a su reino (N. del T.) (**Es11.320**))
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