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((**Es11.298**) vacaciones a sus súbditos, sino que debía pedirse licencia al Capítulo Superior. Esta norma libraba de todo compromiso a los directores, que difícilmente hubieran podido dar negativas sin suscitar descontentos o celos. Si, en cambio, la negativa llegaba ((**It11.348**)) del Capítulo Superior, como no se sabía a quién atribuirla, el hermano se tranquilizaría más fácilmente. 5.° No era conveniente que los misacantanos fueran a celebrar una de sus primeras misas en su pueblo, para evitar las muchísimas distracciones que, en semejantes circunstancias, pueden quitar al sacerdote novel la devoción en la celebración de aquellas misas, que deben ser las más devotas. Si es conveniente, se puede ir más tarde. 6.° No se acepten invitaciones para celebrar misa o para prestar otros servicios en las funciones sagradas fuera del Colegio, si los sacerdotes o clérigos disponibles no reúnen las condiciones necesarias para hacer buen papel y honrar al colegio y por tanto a la Congregación. 7.° Todo director observe directamente, o se valga del catequista para saber cómo celebran la misa sus sacerdotes; si cumplen fielmente las ceremonias, y evitan la demasiada lentitud o la excesiva brevedad. 8.° Es muy práctico para este fin imitar lo que hacen otras Ordenes religiosas, esto es, que un sacerdote ayude alguna vez a otro en la celebración, sobre todo con ocasión de los ejercicios espirituales, en cuyo tiempo se recomienda a todos los sacerdotes repasar las rúbricas. 9.° En todos los colegios se dé regularmente todas las semanas una lección de ceremonias sagradas. 10.° Que los directores se preocupen de la clase de teología y no la omitan nunca. Que procuren que sus súbditos vuelvan a su puesto, apenas terminados los ejercicios, advirtiéndoles aprovechen entonces el tiempo disponible para preparar el examen que deben hacer para Todos los Santos. 11.° Uniformidad en los estudios teológicos. En todas las casas se estudiarán los mismos tratados cada año y no se cambiará el orden fijado por el Capítulo. Así, al mudar a un clérigo de casa, no se encontrará desorientado. Sucedía entonces que frecuentemente se ordenaba de sacerdote a alguno que no había terminado los estudios de teología. El director debía tener en cuenta que tal sacerdote no estaba dispensado ((**It11.349**)) de los restantes exámenes; por consiguiente, darle tiempo para estudiar y para presentarse a examen cuando estuviera preparado de algún tratado. En la mayor parte de los casos convenía que normalmente (**Es11.298**))
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