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((**Es11.213**) 27 de mayo. Palabras de don Bosco en la fiesta del <>. -Hoy es una de las más grandes solemnidades que celebra la Iglesia. íEl Corpus Christi! Quisiera que cada uno de vosotros hiciese una promesa al Señor como testimonio de agradecimiento por el gran don que nos hizo, entregándose a sí mismo como alimento de nuestra alma. Y que le prometierais dos cosas: 1.° Hacer frecuentes y buenas comuniones. 2.° Procurar adornar vuestro corazón con hermosas virtudes, alejando todo vicio, para que Jesús pueda llegar hasta vosotros y encontrarse a gusto en vuestro corazón. Y continuó explicando con mucha unción estos dos puntos. ((**It11.246**)) 28 de mayo. Hacer bien los seis domingos de san Luis; pedirle al Santo la virtud de la modestia; invitación especial a los pilluelos. Pasado mañana, mis queridos amigos, empiezan los seis domingos en honor de san Luis. Ya sabéis que podéis ganar una indulgencia plenaria cada vez, todos los que, confesados y comulgados, hagáis una oración según la intención del Sumo Pontífice. Para la exacta observancia de esta devoción en honor de san Luis, se seguirá el mismo plan del año pasado, esto es, se hará la lectura públicamente, y en la iglesia tal y como se encuentra en el Joven Cristiano. Advierto sin embargo, que no es imprecindible hacer las oraciones y ejercicios tal y como allí aparecen impresos. El que crea que es más cómodo o conveniente hacer otros ejercicios puede hacerlos, como por ejemplo: recitar los gozos de la Santísima Virgen, el oficio parvo, o los salmos penitenciales; éstos pueden lucrar igualmente la indulgencia plenaria. Las oraciones que hay en el libro no son más que directivas para que haya uniformidad cuando se hacen en público. Si no hay una causa para cambiar lo establecido, la fiesta se celebrará el domingo 27 de junio. Animémonos a celebrar verdaderamente bien estos domingos. Y como san Luis es el especial protector de la virtud de la modestia, consagremos a él esta virtud y pongamos en juego todos los medios para guardarla sin mancha. Hemos celebrado hace poco la fiesta de María Auxiliadora y se han tomado en esta ocasión muchas buenas resoluciones; mantengamos, pues, nuestro entusiasmo para ofrecer intacta al Señor nuestra azucena. Pero, mientras la mayor parte de vosotros estáis tan animados a hacer el bien, deseo que desaparezca esa otra pequeña porción que desgraciadamente hace daño, porque permanece indiferente y continúa con sus malas conversaciones. Algunos están a punto de inclinar la balanza; se les va aguantando para que puedan terminar el curso y no pasen el bochorno de despedirlos y ponerlos de patitas en la calle. Pero sabed que en estos casos mi conciencia no puede pasar más allá de un límite. Si se llega a saber que se sostienen malas conversaciones o se cometen acciones contra la virtud de la modestia, no habrá tolerancia; me veré obligado a alejarlos del Oratorio, para que no contagien a los demás. Imiten estos pocos los ejemplos de la mayoría y comiencen de una vez a portarse bien de verdad. Dad esta satisfacción al pobre corazón de don Bosco, para que no se vea obligado a despedir, muy a pesar suyo, a ninguno de vosotros. Proporcionad también esta alegría a san Luis y, así, vosotros estaréis también más contentos. Más contentos durante la vida y más contentos en punto de muerte, porque seréis llamados a tomar parte de la bienaventuranza que goza san Luis como premio a sus virtudes. (**Es11.213**))
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