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((**Es10.956**) íAnimo, pues, queridos hijos; ánimo a todos y a vosotros en particular! Os debo decir sinceramente que estoy muy contento de la buena marcha de la casa: demos gracias por ello al Señor y a María Santísima y sirva para honor y gloria de su santo nombre. Y ahora, junto con las buenas noches, os doy la bendición. Adiutorium nostrum in nomine Domini etc. Copiosa beneditio Dei omnipotentis descendat super nos et super opera nostra in nomine Patris etc. (Nuestro auxilio es el nombre del Señor, etc. La bendición de Dios todo poderoso descienda abundantemente sobre nosotros y sobre nuestras obras en el nombre del Padre, etc.). ((**It10.1038**)) Antes de que acabara el año 1872, envió una buena palabra a todos sus queridos hijos de Lanzo: al Director, a los sacerdotes, a los profesores, a los asistentes y a los alumnos, recomendando a éstos ilimitada confianza con el Director: A mis queridos hijos del Colegiointernado de Lanzo He recibido vuestras felicitaciones con la mayor satisfacción. Os las agradezco de todo corazón y guardaré grato recuerdo de ellas. Dios os premie la benevolencia que habéis demostrado. Una palabra para todos. Que el señor Director no deje nunca para más tarde los buenos consejos y los saludables avisos, cuando hay ocasión para ello. Que los sacerdotes sean solidarios los unos con los otros en todo cuanto mira a su eterna salvación y a la de los alumnos del Colegio. Que los profesores pregunten en clase y se preocupen por los más atrasados. Que los asistentes se esfuercen por impedir las malas conversaciones. Recuerden sacerdotes y clérigos que son sal terrae et lux mundi (sal de la tierra y luz del mundo). Que los alumnos amen las virtudes de la modestia y la sobriedad. Recomiendo a todos ilimitada confianza con el Director. Que Dios os bendiga a todos y os haga ricos con la verdadera riqueza, que es el santo temor de Dios. Vosotros sois mi consuelo: que nadie me traspase el corazón con las espinas de la mala conducta. Os prometo un momento especial en la santa misa cada mañana del año. Recomendad también vosotros a Dios mi pobre alma y suplicad la misericordia del Señor para que no tenga la irreparable desgracia de perderla. La gracia de Nuestro Señor Jesucristo esté siempre con nosotros. Amén. San Esteban, 1872. Afmo. en Jesucristo JUAN BOSCO, Pbro. También en el Oratorio, desde el púlpito de la iglesia de San Francisco, dirigía unas palabras especiales a los prefectos y viceprefectos, a los maestros y jefes de taller, a los asistentes, sacerdotes, clérigos, (**Es10.956**))
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