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((**Es10.940**) >>Asistencia en el paseo. Si es posible, vayan en filas de a cuatro en fondo, y de este modo uno impondrá respeto al otro. No se les permita comprar fruta, comestibles u otras cosas: sucedería entonces que tendrían que guardar dinero consigo, podrían hacer contratos y hurtos y enviarían cartas, incluso menos buenas. No se les deje separarse de las filas, si no es alguna vez, solos, por alguna necesidad. íCuántos pecados se cometerían, cuántas conversaciones escandalosas, y hasta coloquios con chicas!... Así, pues, no se les permita nunca comprar vino y licores, y mucho menos fumar; el humo inflama los intestinos. >>Los jueves, excepto los que han de acompañar las filas de los alumnos, no salga ninguno de casa sin permiso del director o del prefecto, y no se vaya a bares ni a casas particulares. Podría el director necesitar de alguien y no sabría dónde encontrarlo. Y, además, la obediencia debe santificarlo todo. >>Asistencia en el recreo. Hay que observar los corrillos, meterse en ellos habitualmente y deshacerlos con prudencia; se los puede dividir fácilmente con uno u otro pretexto; por ejemplo, enviando a uno a un recado, mandando a otro a buscar un libro, etc. Tampoco deben los clérigos estarse demasiado tiempo haciendo corrillos entre ellos. >>De qué pueden hablar tanto tiempo?... Siempre serán murmuraciones. ((**It10.1021**)) >>Asistencia en la clase. Hágaseles tener siempre las manos sobre la mesa. No se los deje nunca solos, y, si uno ha terminado su clase y todavía no ha llegado el que le sucede, tenga paciencia y no abandone la clase>>. Si todos los directores, como lo hizo don Juan Bautista Lemoyne, hubiesen tomado nota de los avisos que daba nuestro incomparable maestro y padre, tendríamos hoy en nuestras manos un auténtico y precioso conjunto didáctico de su sistema educativo. Pero he aquí otras enseñanzas, que no deberán olvidarse jamás, sobre los castigos, la murmuración y la discreción a guardar en ciertas circunstancias. <>Si por haber faltado gravemente, se echa de la clase a un alumno, el Prefecto o el Consejero escolástico persuadan al profesor para (**Es10.940**))
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