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((**Es10.672**) una indulgencia plenaria para todos los alumnos y para las Hijas de María Auxiliadora 1. El gozo que experimentó en la larga entrevista, que tuvo con el Sumo Pontífice, igualó al deseo que tenía de ver, mediante la aprobación de las Constituciones, definitivamente establecida la Obra Salesiana. Así se trasluce por las cartas, escritas o dictadas, y todas firmadas por su mano, que enviaba a los Directores, en las cuales, junto con el ardiente deseo de ver progresar en la virtud a sus hijos, y con la certidumbre de los buenos efectos de sus oraciones, brilla, de una manera conmovedora, su afecto de padre. Aquella tarde escribió a los de Lanzo y a los del Oratorio: Carísimo don Juan Bautista Lemoyne: y todos vosotros, queridos hijos de Lanzo: Las primeras palabras que escribo desde Roma a nuestras casas las dirijo a vosotros, mis queridos y amados hijos de Lanzo. Tengo esta preferencia por vosotros, porque sé el cariño que me profesáis, como lo habéis demostrado siempre que he ido a pasar un rato con vosotros. Me ((**It10.740**)) guardo muchas cosas para decíroslas, cuando pueda hablaros personalmente; en ésta comienzo por escribiros algo que 1 He aquí el pro-memoria: <>. (**Es10.672**))
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