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((**Es10.668**) espinas se las haya clavado don Bosco. Siempre hice por ahorrarle disgustos, y yo bien sé con qué sacrificios. Mi voluntad fue siempre buena. Nunca he pedido sino que me dijera lo que le desagrada en mí, y nunca he podido saber nada positivo. Señala la mediación del canónigo de la Metropolitana. Paréceme haber condescendido a todo lo que me ha pedido. Se deseaba que hiciese una declaración de no aceptar clérigos sin permiso. La hice. Me habló de Borelli, que no estuvo en nuestras casas más que momentáneamente para hacer los ejercicios espirituales, después de los cuales dejó el hábito clerical. Se habló de Rocca y se concluyó que, echarlo enseguida, sería dar pábulo a los murmuradores; esto se haría cuando llegasen las vacaciones. El teólogo Marengo estuvo de acuerdo y las cosas se resolvieron en este sentido. El día cuatro del próximo septiembre termina el año escolar en Lanzo y después de esta fecha ese clérigo marchará a su casa. Si yo hubiera estado en el puesto que ocupa V. E., le habría dado permiso para seguir donde se encuentra, ya por dejar un clérigo a don Bosco, que cada año manda algunos al Seminario Diocesano, ya por hacer creer que, cuando un clérigo pierde su vocación, no es abandonado por su Superior, que le favorece cuanto puede. Pero como quiera que ello sea, si no obtiene el permiso que me dice haber pedido más de una vez, al acabar el año escolar, se irá a su casa. Tocante a otras cosas que en ella me dice, puedo afirmar que en mi vida tendré culpas, de las que dar cuenta al Señor, pero ((**It10.735**)) no conozco ninguna que se refiera a V. E. Lo que he hecho y dicho, en público y en privado, creo que prueba lo que digo. Hace dieciséis meses que estoy preguntando lo que V. E. tiene contra el pobre don Bosco y hasta el momento no he podido saber más que vaguedades. Si hay algo que yo ignore, dígamelo, y ya desde ahora le pido perdón. Pero no añadamos espinas a espinas. Sé que usted cuida de la mayor gloria de Dios y yo hago lo que puedo con este mismo fin; >>por qué, pues, no podemos ir de acuerdo? Intente decirme lo que V. E. quiere de mí. No dejo de rogar y hacer rezar por su salud, mientras tengo el honor de profesarme, De V. E. Rvma. Su seguro servidor JUAN BOSCO, Pbro. En las horas libres de San Ignacio, compuso también una Memoria histórica de la Congregación, que pensaba imprimir y repartir en Roma a todos los que hubiesen podido ayudarle a alcanzar más fácilmente la meta, y expuso también las declaraciones que pensaba hacer acerca de las últimas Observaciones, y encargaba a don Joaquín Berto el trabajo de pasar a limpio sus borradores. Carísimo Berto: Te doy un trabajo que te obligará a hacer unos cuantos actos de contrición, pero arréglatelas como puedas. (**Es10.668**))
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