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((**Es10.654**) don Bosco. V. E. sabe que aún hace pocos días hice no pequeños sacrificios para impedir la publicación de ciertos artículos difamatorios. Deseo que V. E. esté informado de que hay notas cerradas en los gabinetes del Gobierno, por obra de alguien, que se hacen correr por Turín. Consta en estas notas que, si el canonigo Gastaldi fue obispo de Saluzzo lo fue a propuesta de don Bosco. Si el obispo llegó a Arzobispo de Turín, fue también por proposición de don Bosco. Se recuerdan, incluso, las dificultades que hubo que superar para llevar a cabo esto. En todas estas notas se consignaban también las razones que me movieron para promover su nombramiento y, entre otras, el mucho bien que había hecho a nuestra casa, a nuestra Congregación. Se sabe comúnmente el gran bien que podemos hacernos el uno al otro si estamos de acuerdo, y los malos se alegrarían mucho con nuestras desaveniencias. Ahora dirá V. E.: pero >>qué quiere don Bosco? Plena sumisión, pleno acuerdo con mi superior eclesiástico. No pido más de lo que varias veces dijo el Padre Santo y que ha repetido a menudo V. E. cuando era Obispo de Saluzzo, a saber: en los tiempos difíciles en que nos encontramos, una Congregación naciente necesita toda la indulgencia compatible con la autoridad de los Ordinarios y, cuando surgen dificultades, ayudarla con la obra y el consejo hasta donde sea posible. -He escrito esta carta sólo con el deseo ((**It10.720**)) de decirle lo que puede servir de norma para los dos y ser útil para la gloria de Dios; sin embargo, si se me hubiese escapado alguna palabra inoportuna, pido humildemente perdón, mientras con profunda veneración me profeso, De V. E. Rvma. Su seguro y humilde servidor JUAN BOSCO, Pbro. El Arzobispo se mantuvo firme en exigirle una declaración de que, sin el consentimiento de la Curia Arzobispal, no recibiría en su Congregación, como clérigo, a ninguno que hubiese estado en los Seminarios diocesanos, y aconsejó al canónigo Marengo que lo convenciera. Don Bosco dio su consentimiento. 29, mayo de 1873 El que suscribe, siempre feliz de poder cumplir los deseos de S. E. Rvma., nuestro Arzobispo de Turín, declara de buen grado: 1. Que no recibirá nunca en las casas de la Congregación Salesiana, como clérigo, a ningún alumno que haya pertenecido a los seminaristas de esta diócesis, a no ser que hubiesen sido aceptados en las casas de dicha Congregación antes de los catorce años, según el decreto Pontificio de 1.° de marzo de 1869, o piensen ingresar para aprender un arte u oficio. 2. Que ésta es la praxis que se ha seguido hasta ahora; y no se hará excepción de ninguna clase sin el permiso o consentimiento de la Curia Arzobispal. 3. Convencido también de interpretar fielmente los deseos de su Excelencia (**Es10.654**))
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