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((**Es10.486**) Don Bosco iba y venía; se hablabla, se objetaba, se discutía; pero siempre de modo que ni de lejos se echara de ver que el Papa tomaba parte en aquellas negociaciones. Algunas veces fue introducido en la sala donde estaban reunidos todos los ministros con algunos diputados, más de dieciocho personas; y él tenía la cabeza y el estómago cansados de tanto pensar y hablar. Un diputado exclamó un día: -Don Bosco, por sí solo, vale por todos nosotros juntos; lástima que no haya abrazado la carrera de Ministro de Estado; no pierde nunca el ánimo. Si fractus illabatur orbis, impavidum ferient ruinae (aun cuando el orbe entero se desplome hecho añicos, aguantará impertérrito las descargas de los escombros). Por fin le dijo Pío IX: -Pues bien, acabemos; puesto que el Gobierno del Rey acepta todas las condiciones que se han puesto, decid que nos dé una garantía duradera y yo doy mi asentimiento. Don Bosco repitió estas palabras a Vigliani, y éste observó: -Aquí está el busillis (la dificultad): >>cómo dar una garantía duradera? Estamos en un gobierno parlamentario. Hoy o mañana pueden cambiar Ministerio y Cámara, y todo puede irse al traste. El 6 de febrero, el artículo de la Voz de la Verdad fue criticado como se merecía por L'Italie de Roma. En la Voce della Verit…, del sábado pasado, ha aparecido un artículo titulado: <>. Ha impresionado mucho al mundo que frecuenta el Vaticano y que acude allí en busca de inspiración. Este artículo no es más que una diatriba violenta contra el clérigo don Bosco, que es acusado por los piadosos escritores de la Voce de ser un factor de conciliación, y denunciado por ellos al mundo católico como un fariseo. Es un verdadero escándalo. Todo el mundo sabe que don Bosco es un sacerdote ejemplar, que ha levantado iglesias, fundado escuelas e ((**It10.531**)) institutos y obtenido unos resultados a los que el mismo monseñor Nardi no habría podido llegar. >>Cómo se entiende, pues, que ahora se venga a injuriar e insultar públicamente a un sacerdote como éste y que estos insultos salgan precisamente de los despachos de la Voce, órgano de los Jesuitas? Hemos buscado informaciones y hemos sabido que los insultos dirigidos contra don Bosco no eran más que la expresión de los sentimientos personales de la Voce y que el Vaticano, lo mismo que todos los que tienen cierta dosis de educación y de caridad, los han condenado severamente. No es nuestra misión defender a don Bosco; nuestra defensa puede que hiciera más mal que bien; pero hemos de advertir que el Vaticano, al menos por lo que nosotros sabemos, no participa en las antipatías de que habla la Voce contra el excelente sacerdote turinés, que, de acuerdo con sus legítimos superiores, se ha lanzado ardorosamente al trabajo para allanar las dificultades referentes al Exequátur. La Gazzetta de Turín (n.° 37, segunda edición) se burlaba también (**Es10.486**))
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