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((**Es10.287**) Oratorio y los representantes de las otras Casas, y don Bosco repitió brevemente los sentimientos de la más viva gratitud a sus hijos. Después, los directores informaron sobre la marcha de sus casas y también don Domingo Pestarino leyó una relación sobre el Instituto de las Hijas de Maria Auxiliadora, que fue muy del agrado de don Bosco. El dia 17 se dieron gracias solemnes a Maria Auxiliadora por el singular favor, concedido al amadisimo padre. Hacia notar el canónigo Anfossi: <((**It10.311**)) no aceptó, ni respondió a la invitación; se marchó directamente al coche, sin despedirse de don Bosco. Me acerqué entonces a él y le dije; -Don Bosco, no me ha gustado esta salida; la fiesta no ha acabado bien. >>Qué ha pasado? Y don Bosco me contestó: -íNada! El Arzobispo quisiera estar personalmente a la cabeza de la Congregación y esto no puede ser; de todos modos ya veremos...>>. A la función religiosa siguió la fiesta de familia. Don Bosco se sentó en la tribuna, y empezó la velada. Se cantó el himno <>, con música de Cagliero, e instrumentado para banda por De-Vecchi. Se ofreció al buen Padre un cáliz de plata, costeado con el fruto de las pequeñas ofrendas de los alumnos. Se encargó de ello el joven Esteban Trione, que lo hizo leyendo, en tono declamatorio, estos versos compuestos aquella misma mañana por don Juan Bautista Lemoyne: De tus hijos la dádiva y del día en que incólume acepta cariñosa: volviste del rigor, un don que haga memoria y nos trocaste en júbilo de la fiesta dichosa el áspero dolor. (**Es10.287**))
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