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((**Es10.224**) El cariz de la enfermedad no parecía alarmante. El día 13, muy de mañana, telegrafiaba Cuffía a la condesa Corsi. <>. La noticia, comunicada al Oratorio, despertó en todos un gran alivio; pero aquel mismo día escribía Enría a José Buzzetti: <>. Y don Juan Bautista Francesia, por vía confidencial, comunicaba estos detalles a don Miguel Rúa. <>Esta noche hemos permanecido en silencio largo rato en la habitación, junto a su lecho, mientras él sufría, sin atrevernos a abrir los labios. >>Esperamos que nuestro dolor, ofrecido a Dios por la pronta curación de nuestro pobre Padre, tendrá ((**It10.239**)) también su efecto. Aquí rezan mucho nuestros muchachos, que ya le querían, aun sin conocerlo. Celebraron con gran alegría que viniera a visitarnos y ahora están muy tristes por haber caído enfermo en Varazze. Todos quisieron pasar a verle, pero es prudente frenar su deseo. Todavía no nos hemos atrevido a quitar de las paredes los bonitos letreros de: íViva don Bosco!, que se pusieron por una y otra parte para su llegada. Y ahora está él sufriendo tanto. También hay un: íViva don Bosco! escrito sobre la puerta de su habitación. >>Era presagio o temor de lo que nos iba a suceder?... >>Fue conmovedora ayer la llegada de don Angel Savio, don Pablo Albera, Ricchini y Enría. Nos miramos conmovidos sin decir palabra, y también don Bosco quedó conturbado. Nos dijo don Angel que ahí se duda sobre la enfermedad de don Bosco: íojalá no fuera más que una duda! >>Yo esperaba poder ir esta mañana a Nizza para ayudar a don Juan Cagliero, ya que don Bosco parecía estar en muy buenas condiciones, pero esta tarde me dijo que no pensara en ello. íPobre Cagliero! (**Es10.224**))
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