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((**Es1.403**) mismo curso y de su mismo talante con los que procuraba entretenerse y animarse mutuamente en el camino empezado. >>Solícito como el que más en los deberes estudiantiles, los amaba y hacía cuanto podía para sacar provecho de ellos; empleaba cuidadosamente el tiempo establecido, no entreteniéndose con más libros que los de clase; tomaba parte con gusto en los círculos o ejercicios científicos de su ((**It1.506**)) clase, y los animaba con su aportación; en las discusiones, era digno de alabanza por el amor y deseo vehemente que manifestaba de la verdad, y aún más por la discreta y respetuosa moderación que observaba en defenderla. >>Le gustaba estar en los recreos con alguno que le explicara y le ayudara en materias de clase. Cuando alguien proponía un tema indiferente, él se conformaba oyendo conversar a los demás; pero, si se proponían temas de estudio o de piedad, enseguida se le veía tomar parte alegremente. >>En la sala de estudio no se le veía nunca desocupado (pues no sabía en absoluto lo que era el ocio). Colocado en postura recogida y concentrado en una intensa aplicación, no se ocupaba más que de sí mismo, de modo que si alguno estorbaba charlando o con otras ligerezas, parecía que él ni se daba cuenta, ni levantaba los ojos para ver qué pasaba; su aversión a entregarse a cosas inútiles, la costumbre de estar recogido y la observancia en los tiempos prescritos creo que le ayudaron mucho, como pudo verse, a facilitarle sus notables progresos. >>Su interés por la piedad fue todavía mayor. Llegó a ser verdaderamente ejemplar. No puedo exponer más que lo que todos vieron; pero el que conoció la rectitud de este seminarista y su constancia en el bien, podrá fácilmente calcular cuántos otros y mejores actos ocultos habría en sus virtudes interiores. >>Por eso nunca sucedió que se encaminara a las prácticas religiosas o atendiera a ellas con aire de indiferencia o por la fuerza de la costumbre; al contrario, era admirable ver la satisfacción y deseo que mostraba en su rostro. Apenas comenzaba una función sagrada o uno de los ejercicios de costumbre, por ((**It1.507**)) ejemplo las oraciones o la meditación, o solamente con poner los pies en la capilla, enseguida disponía todos sus sentidos a una santa atención. Por esta devota compostura todos se daban buena cuenta de cómo participaba su corazón y qué grande era el espíritu de fe que le animaba. Estuvieran o no presentes los superiores, el piadoso proceder de Burzio era siempre el mismo, porque bien se puede decir de él que ambulabat coram Deo. (**Es1.403**))
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