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((**Es1.252**) Observa la actitud de tus hermanos. Dios te prepara otro lugar, otra mies. -Quería hacer alguna pregunta a aquel religioso, pero un rumor me despertó y ya no oí nada más. Expuse todo a mi confesor, el cual no quiso oír hablar ni de sueños ni de frailes: -En este asunto, respondióme, es preciso que cada uno siga sus inclinaciones, y no los consejos de los otros>>. La respuesta del confesor y el sueño tenido, sin duda, debieron dejar perplejo a nuestro querido Juan; pero, no viendo motivo suficiente para apartarse de la determinación tomada, pensó que tal vez durante el año de noviciado podría probar si le convenía o no aquella comunidad. Por otra parte, Dios había puesto en su corazón la inclinación al estado religioso, y él la sentía cada vez con más fuerza, como veremos a lo largo de nuestra relación. Así que, persuadido de que Dios dirigiría los acontecimientos hasta ponerle en el camino que él quería emprendiera, marchó a Castelnuovo para pedir la bendición a su madre antes de vestir el hábito franciscano. ((**It1.303**)) Margarita no tenía nada que oponer y, como mujer fuerte, le dejó marchar sin alterarse por ello. Juan se dirigió entonces a la casa parroquial. Don Dassano, desde los comienzos de enero, había renunciado a la parroquia de Castelnuovo por una seria contienda con el alcalde, referente al toque de la campana mayor, y monseñor Fransoni le había destinado a regir la de Cavour. Estaba en Castelnuovo, enviado por la curia de Turín en calidad de administrador, el teólogo don Antonio Cinzano, ausente aquella mañana. Evasio Savio, herrero de oficio, amigo de Juan hacía tiempo y admirador de su talento y su constancia en la piedad y el estudio, al verle a la puerta de la casa rectoral con un envoltorio de ropa blanca bajo el brazo, le preguntó: -Por qué has dejado Chieri? Acaso quieres volver con ese envoltorio a trabajar en alguna granja? -No, respondió Juan; vengo a ver al ecónomo para que me dé un certificado de buena conducta; y después voy a hacerme fraile franciscano. -Y por qué? -Cómo podría mi madre ayudarme para seguir los estudios? íYendo a los frailes espero seguir adelante! -Has comido ya? -Todavía no. -Pues ven a mi casa, comerás y después hablaré yo con el ecónomo. Savio, considerando el bien que Juan podría hacer a sus paisanos (**Es1.252**))
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